MOISES
En la tierra de Madián,
Moisés se detuvo en un paraje con un pozo y allí protegió a siete pastoras de una banda de otros pastores malintencionados.
El padre de las pastoras, Jetró, era sacerdote de Madián. Adoptó a Moisés como hijo suyo y le permitió que habitase en Madián; allí trabajó Moisés como supervisor y responsable principal de los rebaños.
A su debido tiempo, Jetró también permitió que Moisés se casase con la mayor de sus hijas, Séfora.
Trabajando como pastor, Moisés vivió en Madián durante cuarenta años, tiempo durante el cual Séfora le dio un hijo, a quien Moisés llamó Gersón.
Dios le salió al encuentro de la siguiente manera:
Estaba con sus ovejas y vio una zaarza ardiendo, ardía pero no se consumía:
Moisés descubrió en el monte una zarza que ardía sin consumirse. Oyó una voz:
Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Jacob, el Dios de Isaac. (…) Te envío al faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel (Ex 3, 6-10).
Personaje que encabeza el movimiento israelita de liberación contra la opresió del pueblo egipcio
El pueblo ve por fin llegar su liberación guiado por Moisés, quien los conduce al desierto a través de un largo éxodo, hacia tierra de Canaán.
Moisés puso muchas excusas, pero Dios prometió estar siempre a su lado.
Moisés regresa a Egipto
Moisés volvió a Egipto y se presentó al faraón, que se negó a dejar en libertad a los hebreos, y Dios envió sobre Egipto desgracias terribles, pero el faraón no cedía.
El Señor ordenó a Moisés que los israelitas celebraran la fiesta de la Pascua y que marcaran las puertas de sus casas con la sangre de un cordero.
La desgracia cayó sobre todas las casas de Egipto, excepto sobre las que estaban señaladas.
El faraón cedió y ordenó que salieran hacia el desierto. Comenzaba, así, el éxodo del pueblo judío.
La fiesta de la Pascua: hasta el día de hoy, los judíos celebran la fiesta de la Pascua para conmemorar que Dios los liberó de la esclavitud en Egipto.
En una cena ritual y festiva en la que están definidos hasta los más mínimos detalles: cada ingrediente de la comida, el orden de los gestos y las palabras, etc. El mas joven de la mesa pregunta: «¿Por qué esta noche es distinta a las demás?». Y el padre de familia narra, entonces, la historia de la liberación del pueblo de Israel.
Paso del Mar Rojo
40 Años en el desierto Alianza del Sinai
Avanzando por el desierto llegaron al pie del monte Sinaí. Una nube espesa, con truenos, relámpagos y un intenso sonido de trompeta cubrió la cumbre de la montaña. Dios trasmitió a Moisés los Diez mandamientos y otras normas para organizar el pueblo y rendir culto a Dios. «Haremos todo cuanto ha dicho el Señor» (Ex19, 8), y ofrecieron sacrificios en un altar como sello de la Alianza de Dios con Israel. Dios llamó de nuevo a Moisés al Sinaí para entregarle los Mandamientos escritos sobre piedra.
Pasaban los días y no regresaba: la gente pensó que había muerto y que Dios los había abandonado. Entonces, fundieron con metal la figura de un becerro y le ofrecieron sacrificios. 13. Cuando Moisés regresó, se indignó porque el mandamiento principal de la Alianza era adorar a Dios y los israelitas lo habían desobedecido.
Dios no abandonó a su pueblo: lo alimentaba, lo enseñaba a cumplir las leyes de la alianza y lo guiaba por medio de Moisés.
Así, guiado por Moisés el pueblo fue liberado, celebraron la primera Pascua y caminaron por el desierto durante 40 años hasta llegar a la tierra prometida.
En el monte Sinaí, Dios le entregó a Moisés los 10 Mandamientos, con los que se sellaba la Alianza de Dios con su Pueblo.
Al llegar a la tierra prometida, los israelitas la encontraron ocupada. Dios eligió a Josué como sucesor de Moisés, y lo puso al frente del pueblo.
Después de muchos años de luchas se logró la conquista. El pueblo se dividió en 12 tribus y Dios eligió a los Jueces para conducirlas.
El arca de la Alianza Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto, acampaba alrededor de la tienda del tabernáculo. En ella se guardaba el arca de la Alianza. Recubierta de oro y con la imagen de dos ángeles con las alas extendidas, contenía las tablas de la Ley, la vara de Moisés y maná del desierto. Era un signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, y ante el arca de la Alianza Moisés hablaba con él. Cuando se desplazaban, el arca los precedía en el camino.
Una vez que pasaron cuarenta años desde la salida de Egipto, Moisés pudo divisar el país de Canaán desde el monte, poco antes de morir.
JOSUE Sucedió a Moisés al frente de Israel
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