Páginas

miércoles, 23 de octubre de 2013

ESMALTES DE LIMOGES

En la Edad Media, el esmalte vivió una auténtica época de esplendor.

Se empleó como decoración de joyas, objetos litúrgicos, relicarios... con una gran riqueza e inventiva en cuanto a soluciones formales. Destacaron en Europa los esmaltes de Limoges en Francia, y la escuela de Silos en España.

 El esmalte es una técnica con características propias, por medio de la cual y desde tiempos remotos se han ejecutado numerosas obras de arte suntuario.

En la Edad Media y sobre todo en época románica fue un arte de gran difusión, especialmente en el ámbito religioso de la iglesia católica.

 El taller del monasterio de Silos (Burgos, España) tuvo una gran preponderancia durante todo el siglo XII no sólo dentro de la Península sino en toda Europa El esmalte y esmaltado, como técnica del esmalte vidriado o esmalte porcelánico en arte, cerámica y otras artesanías, es el resultado de la fusión de cristal en polvo con un sustrato a través de un proceso de calentamiento, normalmente entre 750 y 850 ºC. El polvo se funde y crece endureciéndose formando una cobertura suave y vidriada muy duradera en el metal, el vidrio o la cerámica


Relicario de Limoges.


 estilo gótico, datado entre los años 1200 - 1220, madera forrada de cobre esmaltado con técnica champlevé. Kimbell Art Museum, Fort Worth, Texas

La ejecución de la arqueta reIicario ha sido atribuida a los taIleres de Limoges. En la actualidad, sin embargo, se esta considerando su vinculación a los talleres de Silos que en el siglo XIII imitaron las formas de Limoges.

Relicario del taller de Limoges
Estructura de madera oculta bajo un forro de cobre dorado y esmaltado.
Su forma simula el cuerpo de un edificio, con su techumbre a dos aguas rematada por una crestería con arquillos.



 En el frente se representan ángeles dentro de círculos y en los laterales apóstoles. La parte posterior está decorada con rombos, y en ella de abre la puertecilla del relicario. Fue realizado en un taller de Limoges (Francia), hacia 1239.


Esta arqueta ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en 1869, procedente del monasterio de San Marcos de León, donde había llegado tras la desamortización del monasterio de Sandoval, situado a pocos kilómetros de la ciudad. La adquisición fue dirigida por la Comisión Provincial de Monumentos y realizada al mismo tiempo que se hizo el depósito de algunas piezas de la colegiata de San Isidoro de León, como la Arqueta de las Bienaventuranzas y el Crucifijo de don Fernando y doña Sancha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario