GIROLA
Es un elemento característico de la arquitectura románica que luego se hizo extensivo a la gótica.
Su utilidad surgió con el peregrinaje masivo a los lugares de devoción popular, cuando una multitud de fieles concurría en una iglesia y se aprestaba a venerar las reliquias que en ella se atesoraban. Este corredor proporcionaba la necesaria fluidez de circulación para que todos alcanzasen a reverenciar las sagradas reliquias y para no interrumpir la ceremonia religiosa que se pudiera estar oficiando en la capilla mayor.
Girola de la iglesia de Sainte Marie de Bois (Francia).
CATEDRAL DE AVILA
El interior presenta un doble deambulatorio, con finas columnas y arcos ojivales, que aportan a este espacio una sensación de ligereza y diafanidad.
Cara interna de la girola. Vasco de la Zarza rodea al sepulcro de Alonso Fernández de Madrigal con relieves de las Evangelistas.
San Marcos
San Lucas
San Juan
San Mateo
GIROLA DE LA CATEDRAL DE BURGOS
En la girola se encuentra el sepulcro del arcediano Pedro Fernández de Villegas, obra de Simón de Colonia.
Relieves de la girola, siglo XVI
En la girola se encuentra el sepulcro del arcediano Pedro Fernández de Villegas, obra de Simón de Colonia.
Los relieves centrales del trasaltar son de Felipe Bigarny y los de los extremos de Pedro Alonso de los Ríos.
Relieves del trasaltar
En 1498 el cabildo encomendó al escultor Felipe Bigarny un relieve en piedra para el trasaltar. Bigarny ejecutó en piedra caliza su Camino del Calvario.
Se trata de la primera obra documentada de este artista en Burgos y en ella muestra su estilo, muy deudor de la expresividad y la estética gótica pero abierto a las novedades renacentistas, como se evidencia en los elementos decorativos.
Tras el éxito del encargo, el cabildo le encomendó dos relieves más: los de la Crucifixión
y el Descendimiento, entierro y resurrección de Cristo (1500-1503),
ambos actualmente están muy dañados al haberse labrado en piedra de mala calidad que se pulveriza con la humedad.
El marco decorativo arquitectónico de los relieves se atribuye a Simón de Colonia.
Este conjunto escultórico se completó casi dos siglos después con la adición en los extremos de dos nuevos relieves, dedicados a la Oración del Huerto
y a la Ascensión.
Fueron ejecutados por el escultor Pedro Alonso de los Ríos entre 1681 y 1683, también en piedra caliza, y en estilo barroco.
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