LAS NAVES DE LOS TEMPLOS
Este término suele utilizarse habitualmente al referirse a cada uno de los espacios que hay entre muros, filas de arcadas o columnas que se extienden a lo largo de los templos u otros edificios importantes.
La nave principal es la que ocupa el centro del templo desde la puerta de ingreso hasta el crucero o el presbiterio, generalmente con mayor elevación y más anchura que las laterales paralelas a ella.
Dependiendo de la distribución de las naves en el interior de la iglesia, existen dos tipos principales de planta en las iglesias cristianas:
la planta cruciforme (una nave principal cruzada por otra transversal o transepto)
y la planta basilical (una, tres o cinco naves paralelas que conforman una estructura rectangular y terminan en presbiterios).
Cabecera y pies
En el lenguaje utilizado por la arqueología y la historia del arte en relación con los templos cristianos se distingue entre cabecera y pies, utilizando como elemento de referencia el altar.
Se denomina cabecera el área de la nave más próxima al altar, mientras que se denomina pies a la parte de la nave más alejada de altar.
Evangelio y epístola
De acuerdo con la liturgia cristiana occidental se distinguen dos parte dentro del templo: el lado del evangelio y el lado de la epístola.
Los nombre proceden de la parte de presbiterio en el que se procedía a la correspondientes lecturas durante la misa hasta la reforma litúrgica del concilio Vaticano II.
En la tradición cristiana el lado de la epístola se suele ubicar al sur del edificio. De acuerdo con esta distribución, la nave del evangelio es aquella que colocados de cara al altar mayor, se encuentra a la izquierda de la nave central, mientras que la nave de la epístola es la que se encuentra a la derecha.
Es el cuerpo principal del edificio donde los fieles se congregan más tiempo.
El término proviene de la palabra latina para una embarcación o nave. Una catedral es, simbólicamente, un barco que lleva al pueblo de Dios a través de las tormentas de la vida.
TRASEPTO, CRUCERO, BOVEDAS Y PAREDES
TRASEPTO
La palabra transepto se utiliza comúnmente en la terminología arquitectónica religiosa para designar la nave transversal que en las iglesias cruza a la principal ortogonalmente (perpendicularmente).
También designa, más genéricamente, a cualquier nave o corredor que cruce de manera ortogonal a otro mayor. El espacio común entre el transepto y la nave es conocido como crucero.
La palabra transepto se utiliza comúnmente en la terminología arquitectónica religiosa para designar la nave transversal que en las iglesias cruza a la principal ortogonalmente (perpendicularmente).
También designa, más genéricamente, a cualquier nave o corredor que cruce de manera ortogonal a otro mayor. El espacio común entre el transepto y la nave es conocido como crucero.
El transepto se sitúa habitualmente entre el presbiterio (o el coro, cuando este existe) y la nave o naves longitudinales como elemento de separación de ambos espacios.
Su etimología así lo expresa, pues proviene de las voces latinas trans y septum, que significa 'seto' o 'barrera', queriendo indicar que se trata de un obstáculo interpuesto entre los tramos de la nave ocupados por los simples fieles y el presbiterio destinado a los clérigos.
El transepto es un símbolo de los brazos de la cruz, pero también proporciona espacio para la congregación y para disponer más capillas.
El transepto es un símbolo de los brazos de la cruz, pero también proporciona espacio para la congregación y para disponer más capillas.
Las capillas del transepto están a menudo dedicadas a un santo en particular, o a un aspecto particular de la vida y ministerio de Cristo, como la Natividad o la Resurrección.
El lugar de encuentro o cruce de nave y transepto constituye el crucero.
Sobre él suelen montarse el cimborrio y la cúpula.
En casos excepcionales, especialmente si la basílica tiene un tamaño desmesurado, puede aparecer un segundo transepto a una distancia media o a los pies, generalmente de menor longitud. Fue el caso, por ejemplo, de la abadía de Cluny románica o «Cluny 3», destruida durante la Revolución francesa y cuya enorme ruina del extremo de un transepto sobresale entre los edificios.
CRUCERO
En las iglesias cuya planta posee forma de cruz latina o griega, se denomina crucero al espacio definido por la intersección de la nave principal y la transversal o transepto.
Este espacio se suele cubrir mediante una cúpula alzada sobre un cimborrio o tambor que se sustenta en los arcos torales.
No es raro ver el término crucero utilizado para referirse al transepto (del latín Transeptum), es decir, a la propia nave que cruza a la principal en vez de al lugar donde se cruzan, cuando el término transepto no está recogido en el Diccionario de la RAE.
Este punto está marcado a menudo externamente por una torre o cúpula e, internamente, por los pilares y arcos que se requieren para soportar el peso de una estructura de este tipo.
Este espacio se suele cubrir mediante una cúpula alzada sobre un cimborrio o tambor que se sustenta en los arcos torales.
A la construcción que se eleva sobre el crucero de una iglesia, en forma de torre de planta cuadrada u octogonal, que se crea con la función principal de aportar luz natural al interior del edificio mediante la apertura de ventanas en sus paredes.
Por estar situado en un lugar principal de la iglesia, ante su presbiterio o Capilla Mayor, sus paredes y cubierta suelen presentarse profusamente decorados, con elementos ornamentales más elaborados que en el resto del templo.
Frecuente en las iglesias románicas, también pueden verse en los templos góticos, generalmente apoyado sobre trompas, cuando el cimborrio es de planta octogonal.
De esta manera se obtienen dos efectos: resaltar al exterior el punto de encuentro de las naves con esa especie de torre que se encumbra sobre él, y favorecer la iluminación a través de los huecos abiertos en el propio cimborrio o en la linterna que en ocasiones se intercala entre este y la cúpula.
La función del cimborrio es similar a la del tambor en las iglesias más modernas, tan habituales en el renacimiento, el barroco o el neoclásico, y que en estos casos se apoyan sobre pechinas. br />
Los cimborrios se cubren de muy distintas maneras, primero con techumbres planas y aguadas poco pronunciadas y apenas perceptibles desde la lejanía.
Fueron complicándose y se convirtieron en verdaderas torres rematadas con escalonamientos, pináculos y chapiteles o flechas agudas, algunas de gran altura, como la de la catedral de Ruan.
Catedral de Cordoba, cúpula sobre el crucero y transepto