ARTE ASTURIANO
La monarquía visigoda se prolonga en España hasta principios del siglo VIII, pero la llegada de los musulmanes en el 711 produce un cambio brusco y el desarrollo del mundo cristiano se verá relegado al norte de la Península donde se iniciará el movimiento de resistencia contra los invasores.
Desde Covadonga se inicia este proceso de Reconquista dirigido por una nueva monarquía, la Asturiana, que es herencia de la anterior Visigoda.
Un arte con un estilo propio y singular, diferente (aunque relacionado) con lo que hubo antes y vendrá después.
Cronológicamente, el arte asturiano abarca desde los primeros balbuceos del reino de Asturias, tras el impacto de la invasión musulmana y la posterior reorganización cristiana en el norte, siglo VIII,
hasta las últimas manifestaciones propias del siglo X donde encontramos influencias ya mozárabes.
Lo más sobresaliente que nos ha llegado de este arte es la arquitectura, también se manifestó en otros terrenos artísticos como la escultura, la pintura y la orfebrería.
La primera capital será Cangas de Onís, empezando por Don Pelayo y continuando con Alfonso I y Fruela I, que traslada la corte a Santianes de Pravia, y más tarde durante el reinado de Alfonso II se establece la capital en Oviedo, que se convertirá en el centro político-económico-cultural de este Reino.
Es a partir de éste rey, Alfonso II, que se inicia el esplendor del Arte Asturiano, que se divide en tres etapas:
- Periodo Pre-Ramirense (finales del s. VIII hasta el 842), nos han llegado pocos ejemplos, pero importantes. Aún quedan posos del Arte Visigodo. Coincide con el descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en Galicia y se inician las peregrinaciones.
- Periodo Ramirense (842-850): Coincide con el reinado de Ramiro I y es una etapa de esplendor dentro del Arte Asturiano. Es una etapa de madurez que se refleja en el arte con un cambio en las construcciones y la introducción de novedades que marcarán el estilo propio, diferenciándose del Visigodo. Las novedades vienen también marcadas por el contacto con el Arte Carolingio.
- Periodo Post-Ramirense (866-910): Coincide con el reinado de Alfonso III el Magno. Etapa decisiva por el inicio de la Reconquista, las fronteras del Reino de Asturias se amplían. Se produce el fenómeno de la repoblación de las zonas reconquistadas, a lo que contribuían también los mozárabes, que eran los cristianos que vivían en zonas de dominio musulmán, llegando la frontera hasta la línea del río Duero.
Se construyen numerosos monasterios, que serán focos de cultura además de centros de religiosidad, y que al mismo tiempo servían de medios de organización política y administrativa. Al final de esta etapa se traslada la capital a León, naciendo así el Reino de Castilla.
CARACTERÍSTICAS DEL ARTE ASTURIANO
Tiene unos límites muy concretos dado el carácter abrupto del terreno, ya que se encuentra separada del sur de España por la Cordillera Cantábrica. Hay gran cantidad de población acumulada en la zona, población que se había refugiado en el norte huyendo de los musulmanes.
Desde aquí irán trasladándose paulatinamente al Oeste: Galicia, aprovechando las peregrinaciones a Santiago de Compostela que se inician en el periodo Ramirense.
Hay muchos aspectos que lo diferencian del Arte Visigodo del que parten. Desarrollan un arte de síntesis, que parte de influencias variadas y con mucha capacidad para adaptar las diferentes influencias que le van llegando.
Aparece un arte cortesano muy refinado que convive con un arte rústico propio del pueblo.
Lo que nos ha llegado es sobre todo arte religioso, pero también hay ejemplos de este arte cortesano del que hemos hablado.
Muros: El aparejo que usan es la mampostería y el sillarejo con refuerzos de sillar en las esquinas.
Frente a los muros lisos típicos del Arte Visigodo, los asturianos introducen los refuerzos en forma de estribos y contrafuertes, que a veces hacen labor de sustento y otras simplemente tienen valor ornamental.
El tipo de planta que más usan es la basilical de tres naves que se corresponde con la cabecera tripartita (tres ábsides) y con transepto. Los ábsides son cuadrangulares interior y exteriormente.
La cubierta puede ser lisa de madera, pero también usan la bóveda de cañón, que en ocasiones sólo aparece en la cabecera, en otras la bóveda cubre toda la iglesia.
Las bóvedas pueden tener arcos fajones o formeros (marcan arcos a lo largo de la bóveda).
Los elementos sustentantes son:
- En el Ramirense la columna
- En el Pre-Ramirense
y en el Post-Ramirense el pilar sustentando arquerías.
El arco suele ser de 180º o medio punto, aunque ocasionalmente veremos también arcos peraltados
.
El capitel de las columnas suele ser vegetal, muy evolucionado, con hojas gruesas que recuerdan las hojas de acanto. Pero también veremos el capitel de pirámide truncada invertida, que se decoran compartimentando sus escenas figuradas con sogueados.
El pórtico sigue el esquema visigodo, una pequeña zona rectangular que precede a la puerta de acceso.
No encontramos escultura exenta, pero sí relieves aplicados a la arquitectura en los capiteles, frisos de las puertas, ventanas, etc.
En la mayoría de las iglesias aparece un elemento nuevo: La Cámara del Tesoro, que es una habitación situada sobre el ábside central de la cabecera, escondida a la vista de posibles ladrones y que eleva la altura de la cabecera de la iglesia, abriendo exteriormente una pequeña ventana y sin acceso desde el interior.
La fachada occidental empieza a desarrollarse de forma especial, lo que es influencia del Arte Carolingio.
Al igual que en el Arte Visigodo, tiene importancia la orfebrería, el diseño de Crucifijos, cajas y joyas
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