27 AÑOS DANDO CLASES DE RELIGIÓN
UN CAMINO NUEVO SE ABRE EN MI VIDA DESPUÉS DE 27 AÑOS COMO PROFESORA DE RELIGIÓN
DE MIS AMIGOS MÁS QUE DE MIS MAESTROS
PERO DE MIS ALUMNOS HE APRENDIDO MÁS QUE DE TODOS
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lunes, 14 de diciembre de 2015
ERMITAS
Representación de una ermita en el Diccionario general de arquitectura e ingeniería (1877-1891) Una ermita es un edificio pequeño a manera de capilla con su altar y situado, por lo general, en despoblado.
En ocasiones contaría con habitación para el que cuida de su alumbrado y limpieza
Originalmente era un lugar de oración y recogimiento que permitía a un fraile o ermitaño poder cultivar en paz su propia vocación particular.
Está relacionado con el concepto de eremitorio, que es un lugar donde existen uno o más frailes o monjes eremitas, al estilo de los Padres del desierto o del yermo o Padres de la Tebaida del cristianismo.
Posteriormente, el significado se extendió para incluir capillas, iglesias u otros santuarios, generalmente pequeños, situados por lo común en el campo, y que no tienen culto permanente.
En ocasiones, una ermita puede ser prácticamente un humilladero cubierto de planta rectangular, con paredes en tres de sus lados y reja en el otro. Es tradicional en muchas ermitas celebrar misa el día de la festividad del santo bajo cuya advocación estén, pudiendo celebrarse además romerías y festejos en su entorno.
Hay santuarios que originalmente se construyeron en despoblados y posteriormente han quedado rodeados de otros edificios, pero conservan la denominación de ermita.
Por el contrario, hay iglesias que se construyeron como parroquias y acogieron culto habitual, pero luego, al despoblarse su entorno, quedaron más aisladas y han pasado a considerarse ermitas
miércoles, 25 de noviembre de 2015
SANTUARIOS
SANTUARIO
Es un templo en el que se venera una imagen o reliquia de especial devoción, este es el significado propio en español, aunque en sentido impropio a veces se utilice ese término para referirse a un sitio al que peregrinan numerosos fieles de una determinada religión o iglesia donde se considera que tuvo lugar un milagro o hecho singular o mágico.
Por extensión, se denomina santuario a un lugar o un edificio que se considera sagrado, es decir, que está bajo la protección de un dios. Por cierto, a lo largo de las épocas este concepto tuvo cierta evolución, aunque siempre conservando más o menos las características que vienen de señalarse.
Los santuarios pueden ser receptivos de recibir una dignidad especial debido a su importancia. Por ejemplo dentro de la Iglesia católica, un título papal (Basílica menor) o una dignidad secular (cargos de realeza a un santuario otorgado por una monarquía).
Algunos santuarios importantes por religión o iglesia son:
Para los católicos
el Real Santuario de San José de la Montaña en Barcelona,
el Santuario de Torreciudad en Huesca,
el Santuario del Cristo de la Agonía en Limpias, provincia de Cantabria,
el Santuario de Lourdes en Francia,
el Santuario de Fátima en Portugal,
el Santuario de Medjugorje en Bosnia y Herzegovina,
Entre el sur de Francia y España, se puede recorrer un itinerario de interés religioso y cultural a varios Santuarios Marianos, de los más importantes del sur de Europa.
A este recorrido se le denomina Ruta mariana.
OTROS SANTUARIOS
La Meca para los musulmanes;
La ciudad de Jerusalén para musulmanes, judíos y cristianos;
Tōdai-ji para los budistas japoneses.
Es un templo en el que se venera una imagen o reliquia de especial devoción, este es el significado propio en español, aunque en sentido impropio a veces se utilice ese término para referirse a un sitio al que peregrinan numerosos fieles de una determinada religión o iglesia donde se considera que tuvo lugar un milagro o hecho singular o mágico.
Por extensión, se denomina santuario a un lugar o un edificio que se considera sagrado, es decir, que está bajo la protección de un dios. Por cierto, a lo largo de las épocas este concepto tuvo cierta evolución, aunque siempre conservando más o menos las características que vienen de señalarse.
Los santuarios pueden ser receptivos de recibir una dignidad especial debido a su importancia. Por ejemplo dentro de la Iglesia católica, un título papal (Basílica menor) o una dignidad secular (cargos de realeza a un santuario otorgado por una monarquía).
Algunos santuarios importantes por religión o iglesia son:
el Real Santuario de San José de la Montaña en Barcelona,
el Santuario de Torreciudad en Huesca,
el Santuario del Cristo de la Agonía en Limpias, provincia de Cantabria,
el Santuario de Lourdes en Francia,
el Santuario de Fátima en Portugal,
el Santuario de Medjugorje en Bosnia y Herzegovina,
Entre el sur de Francia y España, se puede recorrer un itinerario de interés religioso y cultural a varios Santuarios Marianos, de los más importantes del sur de Europa.
A este recorrido se le denomina Ruta mariana.
OTROS SANTUARIOS
La Meca para los musulmanes;
La ciudad de Jerusalén para musulmanes, judíos y cristianos;
Tōdai-ji para los budistas japoneses.
viernes, 13 de noviembre de 2015
COLEGIATAS
COLEGIATA
La colegiata o iglesia colegial es el templo católico que, sin ser catedral, posee un cabildo. La dignidad rectora recibe el nombre de deán, aunque ocasionalmente también sea llamado abad o prior.
La elección de una colegiata obedece a diferentes razones, como pueden ser la existencia anterior de una catedral en la misma ciudad, querer dar importancia a una población sin poner sede episcopal, para mayor esplendor del culto, etc. La colegiata puede ser secular o regular.
También se denomina así al templo en que hay (o hubo en su tiempo) una comunidad de canónigos regulares de San Agustín presidida por un abad.
Las comunidades de canónigos regulares de San Agustín están en el origen de diversas órdenes religiosas como los dominicos o los premonstratenses.
En la actualidad se denomina colegiata a una iglesia principal de tipo colegial, con abad y canonjía, que no es sede obispal —catedral—, y donde los oficios divinos se celebran con similar liturgia a la de las catedrales.
Arquitectura
La colegiata no responde necesariamente a una tipología arquitectónica determinada, si bien, por celebrarse en ellas de forma comunitaria la Liturgia de las Horas u Oficio Divino, suelen ser de amplias proporciones y están dotadas de coro y de otros elementos que comparten con las iglesias monásticas benedictinas o cistercienses que también celebran el Oficio Divino de forma comunitaria.
Muchas colegiatas medievales tienen aspecto similar al de las catedrales de su tiempo, pues en estas últimas también había una comunidad de canónigos que celebraba el Oficio Divino a lo largo del día. Para algunas personas una colegiata aparecía como una catedral sin obispo.
CLASES DE COLEGIATAS
La clase y organización de las colegiatas han sido diversas, en razón de las causas, objeto y lugar de su erección. Algunas participan de la índole y naturaleza de las catedrales: por ejemplo, las que, no teniendo obispo, son regidas por un prelado con jurisdicción episcopal y con la cualidad de nullius diocesis.
Sus cabildos gozaban, por consiguiente, de los mismos derechos que los de las catedrales, y tanto que hasta suceden en la jurisdicción del prelado, siempre que su dignidad quede vacante.
Otras colegiatas hay que no se aproximan a la naturaleza e índole de las catedrales pero en muchas cosas son consideradas como tales, sobre todo si están regidas por un prelado con jurisdicción episcopal, circunscrita a ciertos límites en la diócesis del obispo.
Los cabildos de tales iglesias es claro que, vacando la dignidad del prelado, no suceden en sus derechos, como que acrecen al obispo diocesano; pero entre tanto, y siendo justo, administran en unión con el prelado los derechos de la iglesia, según las tablas de la fundación, la costumbre, los estatutos aprobados o los privilegios.
Se conocen también iglesias colegiatas de monjes, que con más propiedad deben llamarse conventuales o monásticas, pero a las cuales no conviene por lo mismo el nombre de colegiatas en su sentido estricto, pues no constan de canónigos y otras en las cuales forman éstos el cabildo, guardando un método de vida muy semejante al de los monjes y por eso se llaman regulares.
Hay, finalmente, iglesias colegiatas inferiores a las que acabamos de enumerar y son aquéllas en que existe colegio o cabildo de canónigos pero sin prelado con jurisdicción episcopal que se reserva íntegra y en toda su latitud al obispo diocesano.
En cuanto a las de esta clase y los cabildos de canónigos que en ellas residen fue costumbre erigirlas a ejemplo y semejanza de las catedrales. Así es, que se crearon dignidades en mayor o menor número y con iguales o distintas denominaciones en unas que en otras, se concedieron a los canónigos y su cabildo derechos singulares y tuvieron desde luego sus estatutos, costumbres y privilegios. Por ello, fueron y son preferidas a las iglesias simples no conventuales o no colegiatas y aun a las parroquiales, aunque no tengan este carácter.
A las clases de colegiatas, de que va hecha mención, pueden añadirse:
las insignes, por razón de la clase o importancia que en el orden civil tiene la ciudad, villa o población donde se hallan fundadas.
las parroquiales, en cuanto a su cualidad de colegialas se agrega la de servir desde su fundación o haberse erigido después de ella en parroquias.
las de patronato episcopal, real o particular: las de patronato, según que fueron erigidas, dotadas o restauradas por los obispos u otros prelados eclesiásticos, por los reyes o por los grandes y nobles como los de San Ildefonso y Berlanga,
correspondiendo a los patronos la presentación de dignidades o prebendas en ellas y otras regalías o privilegios anejos al patronato en conformidad de las bulas de su erección.
recepticias, aquéllas cuyo cabildo no se compone de un número fijo de canónigos sino que son admitidos cuantos puedan matenerse de las rentas de la fundación
La colegiata o iglesia colegial es el templo católico que, sin ser catedral, posee un cabildo. La dignidad rectora recibe el nombre de deán, aunque ocasionalmente también sea llamado abad o prior.
La elección de una colegiata obedece a diferentes razones, como pueden ser la existencia anterior de una catedral en la misma ciudad, querer dar importancia a una población sin poner sede episcopal, para mayor esplendor del culto, etc. La colegiata puede ser secular o regular.
También se denomina así al templo en que hay (o hubo en su tiempo) una comunidad de canónigos regulares de San Agustín presidida por un abad.
Las comunidades de canónigos regulares de San Agustín están en el origen de diversas órdenes religiosas como los dominicos o los premonstratenses.
En la actualidad se denomina colegiata a una iglesia principal de tipo colegial, con abad y canonjía, que no es sede obispal —catedral—, y donde los oficios divinos se celebran con similar liturgia a la de las catedrales.
Arquitectura
La colegiata no responde necesariamente a una tipología arquitectónica determinada, si bien, por celebrarse en ellas de forma comunitaria la Liturgia de las Horas u Oficio Divino, suelen ser de amplias proporciones y están dotadas de coro y de otros elementos que comparten con las iglesias monásticas benedictinas o cistercienses que también celebran el Oficio Divino de forma comunitaria.
Muchas colegiatas medievales tienen aspecto similar al de las catedrales de su tiempo, pues en estas últimas también había una comunidad de canónigos que celebraba el Oficio Divino a lo largo del día. Para algunas personas una colegiata aparecía como una catedral sin obispo.
CLASES DE COLEGIATAS
La clase y organización de las colegiatas han sido diversas, en razón de las causas, objeto y lugar de su erección. Algunas participan de la índole y naturaleza de las catedrales: por ejemplo, las que, no teniendo obispo, son regidas por un prelado con jurisdicción episcopal y con la cualidad de nullius diocesis.
Sus cabildos gozaban, por consiguiente, de los mismos derechos que los de las catedrales, y tanto que hasta suceden en la jurisdicción del prelado, siempre que su dignidad quede vacante.
Otras colegiatas hay que no se aproximan a la naturaleza e índole de las catedrales pero en muchas cosas son consideradas como tales, sobre todo si están regidas por un prelado con jurisdicción episcopal, circunscrita a ciertos límites en la diócesis del obispo.
Los cabildos de tales iglesias es claro que, vacando la dignidad del prelado, no suceden en sus derechos, como que acrecen al obispo diocesano; pero entre tanto, y siendo justo, administran en unión con el prelado los derechos de la iglesia, según las tablas de la fundación, la costumbre, los estatutos aprobados o los privilegios.
Se conocen también iglesias colegiatas de monjes, que con más propiedad deben llamarse conventuales o monásticas, pero a las cuales no conviene por lo mismo el nombre de colegiatas en su sentido estricto, pues no constan de canónigos y otras en las cuales forman éstos el cabildo, guardando un método de vida muy semejante al de los monjes y por eso se llaman regulares.
Hay, finalmente, iglesias colegiatas inferiores a las que acabamos de enumerar y son aquéllas en que existe colegio o cabildo de canónigos pero sin prelado con jurisdicción episcopal que se reserva íntegra y en toda su latitud al obispo diocesano.
En cuanto a las de esta clase y los cabildos de canónigos que en ellas residen fue costumbre erigirlas a ejemplo y semejanza de las catedrales. Así es, que se crearon dignidades en mayor o menor número y con iguales o distintas denominaciones en unas que en otras, se concedieron a los canónigos y su cabildo derechos singulares y tuvieron desde luego sus estatutos, costumbres y privilegios. Por ello, fueron y son preferidas a las iglesias simples no conventuales o no colegiatas y aun a las parroquiales, aunque no tengan este carácter.
A las clases de colegiatas, de que va hecha mención, pueden añadirse:
las insignes, por razón de la clase o importancia que en el orden civil tiene la ciudad, villa o población donde se hallan fundadas.
las parroquiales, en cuanto a su cualidad de colegialas se agrega la de servir desde su fundación o haberse erigido después de ella en parroquias.
las de patronato episcopal, real o particular: las de patronato, según que fueron erigidas, dotadas o restauradas por los obispos u otros prelados eclesiásticos, por los reyes o por los grandes y nobles como los de San Ildefonso y Berlanga,
correspondiendo a los patronos la presentación de dignidades o prebendas en ellas y otras regalías o privilegios anejos al patronato en conformidad de las bulas de su erección.
recepticias, aquéllas cuyo cabildo no se compone de un número fijo de canónigos sino que son admitidos cuantos puedan matenerse de las rentas de la fundación
viernes, 30 de octubre de 2015
BASÍLICAS MENORES
BASÍLICAS MENORES
Basílicas son, en primer lugar, las iglesias de Roma. Entre ellas se diferencian las mayores y las menores. En la primera categoría se encuentran solamente las cuatro basílicas patriarcales o papales, mientras que en la segunda categorización se encuentran el resto de iglesias importantes de Roma, y más de 1500 basílicas menores en todo el mundo que han sido asimiladas a ellas por breve o rescripto pontificio. Todas las catedrales suelen ser consideradas basílicas menores. La lista completa se puede encontrar en el anexo basílicas católicas.
Forma del escudo de una basílica.
Todas las basílicas, por su peculiar relación con la Cátedra de Roma y con el Sumo Pontífice, tienen la concesión de poseer su propio escudo y de exhibir las insignias pontificias.
Los ornamentos exteriores del escudo, son:
El emblema basilical está timbrado con la insignia tradicional de los papas: las llaves en oro y plata, entrecruzadas, que simbolizan las llaves del Reino.
El pabellón: la umbella o conopeo es el símbolo que identifica a las basílicas y además a la sede apostólica vacante; sus colores son los tradicionales colores papales: rojo intenso (gules) y oro, que dan cuenta de la vinculación de la basílica con la Santa Sede. En épocas recientes el pabellón ha sido sustitudo en algunos escudos basílicales por la tiara papal.
Al pie del conjunto del escudo, se despliega la divisa con el lema del templo.
PRIVILEGIOS
Los privilegios ligados a la situación de la basílica, que se confiere por un Breve Apostólico, incluyen una determinada precedencia respecto de otras iglesias, el derecho a utilizar el canópeo (un dosel parecido a un paraguas, también llamado umbráculo, ombrellino, papilio, siniquio, etc.)
y una campana llamada tintinábulo, que son utilizadas juntas en procesión a la cabeza del clero en actos oficiales, y el uso de capa magna para el rector o los miembros del capítulo si lo tuviera.
Hoy en día sin embargo, la normativa vigente sobre las basílicas no se pronuncia en ningún momento sobre el derecho a utilizar el canopeo y el tintinábulo, ya que actualmente no existen litúrgicamente.
Estas basílicas son populares santuarios, a menudo, son receptoras de importantes peregrinaciones, sobre todo aquellas que se construyeron encima de un confessio o lugar de sepultura de un mártir.
Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos:
Debe ser un templo de regio esplendor, levantado con un perfil destacado.
Dicho templo debe ser foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él.
Que dicho templo, bajo sus bóvedas, posea un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él.
También se asocian al templo ciertos deberes, entre ellos:
Que el oficio celebrado en ella sea un ejemplo para los demás templos de la Diócesis a la que pertenece,
Promover la formación bíblica y religiosa de los fieles, como el estudio y divulgación de los documentos con los que se propone el magisterio del Sumo Pontífice.
Obligación de celebrar las fiestas de la Cátedra del Apóstol San Pedro (22 de febrero), de San Pedro y San Pablo (29 de junio), y el aniversario de la exaltación del Sumo Pontífice.
Basílicas son, en primer lugar, las iglesias de Roma. Entre ellas se diferencian las mayores y las menores. En la primera categoría se encuentran solamente las cuatro basílicas patriarcales o papales, mientras que en la segunda categorización se encuentran el resto de iglesias importantes de Roma, y más de 1500 basílicas menores en todo el mundo que han sido asimiladas a ellas por breve o rescripto pontificio. Todas las catedrales suelen ser consideradas basílicas menores. La lista completa se puede encontrar en el anexo basílicas católicas.
Forma del escudo de una basílica.
Todas las basílicas, por su peculiar relación con la Cátedra de Roma y con el Sumo Pontífice, tienen la concesión de poseer su propio escudo y de exhibir las insignias pontificias.
Los ornamentos exteriores del escudo, son:
El emblema basilical está timbrado con la insignia tradicional de los papas: las llaves en oro y plata, entrecruzadas, que simbolizan las llaves del Reino.
El pabellón: la umbella o conopeo es el símbolo que identifica a las basílicas y además a la sede apostólica vacante; sus colores son los tradicionales colores papales: rojo intenso (gules) y oro, que dan cuenta de la vinculación de la basílica con la Santa Sede. En épocas recientes el pabellón ha sido sustitudo en algunos escudos basílicales por la tiara papal.
Al pie del conjunto del escudo, se despliega la divisa con el lema del templo.
PRIVILEGIOS
Los privilegios ligados a la situación de la basílica, que se confiere por un Breve Apostólico, incluyen una determinada precedencia respecto de otras iglesias, el derecho a utilizar el canópeo (un dosel parecido a un paraguas, también llamado umbráculo, ombrellino, papilio, siniquio, etc.)
y una campana llamada tintinábulo, que son utilizadas juntas en procesión a la cabeza del clero en actos oficiales, y el uso de capa magna para el rector o los miembros del capítulo si lo tuviera.
Hoy en día sin embargo, la normativa vigente sobre las basílicas no se pronuncia en ningún momento sobre el derecho a utilizar el canopeo y el tintinábulo, ya que actualmente no existen litúrgicamente.
Estas basílicas son populares santuarios, a menudo, son receptoras de importantes peregrinaciones, sobre todo aquellas que se construyeron encima de un confessio o lugar de sepultura de un mártir.
Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos:
Debe ser un templo de regio esplendor, levantado con un perfil destacado.
Dicho templo debe ser foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él.
Que dicho templo, bajo sus bóvedas, posea un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él.
También se asocian al templo ciertos deberes, entre ellos:
Que el oficio celebrado en ella sea un ejemplo para los demás templos de la Diócesis a la que pertenece,
Promover la formación bíblica y religiosa de los fieles, como el estudio y divulgación de los documentos con los que se propone el magisterio del Sumo Pontífice.
Obligación de celebrar las fiestas de la Cátedra del Apóstol San Pedro (22 de febrero), de San Pedro y San Pablo (29 de junio), y el aniversario de la exaltación del Sumo Pontífice.
domingo, 21 de octubre de 2012
BASÍLICAS
BASÍLICA
Una basílica era un suntuoso edificio público que en Grecia y Roma solía destinarse al tribunal, y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el foro.
Más adelante, los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos, los propios edificios romanos para utilizarlos como recinto religioso oficial para la celebración de la liturgia.
Después de que el Imperio romano se volviese oficialmente cristiano, el término se usó también para referirse a iglesias, generalmente grandes o importantes, a las que se habían otorgado ritos especiales y privilegios en materia de culto.
En este sentido se utiliza hoy la denominación, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como religioso
. BASÍLICA CRISTIANA
Tras el edicto de Milán de 313 promulgado por Constantino el Grande (313–337) el Imperio romano permite el culto de la religión cristiana. A partir de entonces los cristianos utilizan la tipología arquitectónica basilical para la construcción de los nuevos templos.
Se entiende por basílica cristiana propiamente dicha en sentido arquitectónico toda planta rectangular con uno o más ábsides en el testero y con naves a lo largo separadas por columnas (o pilastras), sobre las cuales se apoyan sus correspondientes arcos o arquitrabes de tipo romano.
Las referidas naves (tres por lo común) terminan en el ábside.
En el ábside se coloca el altar y en torno a él se disponen los oficiantes.
Delante, en el presbiterio, se sitúan los presbíteros, mientras que los fieles ocupan el resto de la nave o naves.
La planta basilical elemental consiste en las naves longitudinales sin transepto. Pero muchas basílicas tienen un transepto.
Frecuentemente el trasepto casi no resalta los lados de la nave.
Las basílicas paleocristianas no tuvieron un crucero acentuado. Aunque inicialmente los templos cristianos seguían las pautas constructivas de las basílicas, pronto dieron paso a otras formas, como la planta de cruz latina o la de cruz griega, que se generalizaron sin que por ello desapareciera la forma basilical.
La cubierta de las naves suele consistir en una armadura de madera artísticamente decorada y visible desde el interior o bien oculta por un artesonado: a veces, tienen bóveda en naves laterales y siempre el ábside remata en bóveda de cuarto de esfera.
La iluminación de las basílicas se obtiene por ventanas abiertas en la parte superior (claristorio)
de la nave central más elevada que las laterales y por otras ventanas que se sitúan en el ábside y en el frontis del edificio.
Todas ellas solían cerrarse con láminas de mármol perforado o calado para dar entrada a la luz e impedir la acción de elementos destructores. Pero también se usaban láminas transparentes de alabastro sin perforar e incluso vitrales de color en basílicas suntuosas según se infiere de algunos textos de San Juan Crisóstomo y de Prudencio.
La decoración interior se logra por las mismas líneas arquitectónicas del edificio con sus clásicas molduras y por diferentes adornos de pinturas y mosaicos, sobre todo, en el muro superior del arco triunfal y en los ábsides siempre magníficamente decorados.
Con frecuencia, se disponían orientadas las basílicas según el eje principal de la nave de modo que el ábside diera hacia Occidente.
Pero desde el siglo VI dando ejemplo las iglesias bizantinas, se orientaron en sentido opuesto ya que el sacerdote (que al ofrecer el sacrificio miraba a Oriente) no celebraba ya de cara al pueblo como antes.
BASÍLICA MENORES
Además de las iglesias de tipo basilical, había en esta primera época de la paz constantiniana otras menores, de planta simplemente rectangular o cuadrada e incluso redonda, que servían de oratorios o capillas sepulcrales o memoriales de los mártires (cellae memoriae) y no faltaban otras de forma poligonal o circular destinadas a baptisterios.
Todas ellas e incluso casi todas las grandes basílicas se construyeron desde sus fundamentos y sólo algunas en escaso número habían sido antes edificios públicos o templos de que se habilitaron para el culto católico.
Su distribución
La distribución interior de las basílicas en los primeros siglos de la paz, siguiendo el modelo de las constantinianas, es como sigue:
-el atrio, con su entrada, su peristilo y su fuente o cántharus en medio, precedido a veces de un pórtico o vestíbulo exterior
-el nárthex o vestíbulo interior justo después, las tres puertas correspondientes a las tres naves las tres naves, separadas por columnas y, a veces, por verjas y cortinajes
-el coro de los cantores
-el ábside o presbiterio elevado con dos o tres gradas con su arco de triunfo sobre la entrada y su único altar en medio cubierto con un templete o baldaquino y situado sobre la cripta o sepultura de un mártir (confessio o ciborio.
Además, tiene el ábside su cátedra episcopal
-los ábsides laterales o nichos para servir de sacristías o secretarium, donde se colocaban las vestiduras y diferentes objetos sagradas en el de la derecha, llamada diaconium y las ofrendas de los fieles en el de la izquierda que por esto se denominaba zophylacium.
No siempre existían los ábsides secundarios ni se destinaban en todo caso a servir de sacristía. Pero en algunas iglesias se colocaban a los lados del presbiterio dos altares menores para la preparación y terminación del sacrificio (próthesis y apódosis, respectivamente)
En la entrada del presbiterio, como para aislarlo del resto de la iglesia, se elevaban unas columnas que sostenían un arquitrabe de mármol o de madera para fijar sobre él exvotos y lámparas.
A este conjunto arquitectónico se le llama pérgula y corresponde al iconostasio de las iglesias orientales el cual es un cuerpo más cerrado y completo y se halla decorado con multitud de imágenes devotas.
En algunas basílicas, sobre una parte de las naves laterales, había un piso con tribunas que daban vista a la central y que se reservaban, generalmente, a las vírgenes y viudas. Este sitio se llamaba gynnaeceum.
La planta baja de la nave izquierda (o sea, del Evangelio) se destinaba a las mujeres y se denominaba matronikion.
A la derecha, para los hombres, se llamaba andron y cada grupo entraba en la basílica por su puerta correspondiente.
La de en medio, que se llamaba argéntea y speciosa, servía de entrada a los clérigos. En la parte derecha y con separación de verja o pretil, se situaban los hombres de distinción y a la izquierda las matronas. De aquí los nombres de senatorium y matronaeum que, respectivamente, se les daba.
A los lados del coro se situaban anchos púlpitos o ambones para la lectura del Evangelio y la Epístola. La colocación de los fieles era la siguiente: en el atrium o, en su defecto, en el nárthex pero a distancia de la puerta interior de entrada se colocaban los penitentes del primer grado (flentes);
en el nárthex o pronaos, junto a la puerta interior, los penitentes del segundo grado (audientes) y los catecúmenos del primero (que también se llamaban audientes);
dentro ya de las naves y cerca de las puertas, los penitentes del tercero y cuarto grados (prostrati y consistentes) con los catecúmenos prostrati y competentes;
más adelante estaban los fieles comunicantes o que participaban de los divinos misterios.
Estructura de una basísica gótica
Una basílica era un suntuoso edificio público que en Grecia y Roma solía destinarse al tribunal, y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el foro.
Más adelante, los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos, los propios edificios romanos para utilizarlos como recinto religioso oficial para la celebración de la liturgia.
Después de que el Imperio romano se volviese oficialmente cristiano, el término se usó también para referirse a iglesias, generalmente grandes o importantes, a las que se habían otorgado ritos especiales y privilegios en materia de culto.
En este sentido se utiliza hoy la denominación, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como religioso
. BASÍLICA CRISTIANA
Tras el edicto de Milán de 313 promulgado por Constantino el Grande (313–337) el Imperio romano permite el culto de la religión cristiana. A partir de entonces los cristianos utilizan la tipología arquitectónica basilical para la construcción de los nuevos templos.
Se entiende por basílica cristiana propiamente dicha en sentido arquitectónico toda planta rectangular con uno o más ábsides en el testero y con naves a lo largo separadas por columnas (o pilastras), sobre las cuales se apoyan sus correspondientes arcos o arquitrabes de tipo romano.
Las referidas naves (tres por lo común) terminan en el ábside.
En el ábside se coloca el altar y en torno a él se disponen los oficiantes.
Delante, en el presbiterio, se sitúan los presbíteros, mientras que los fieles ocupan el resto de la nave o naves.
La planta basilical elemental consiste en las naves longitudinales sin transepto. Pero muchas basílicas tienen un transepto.
Frecuentemente el trasepto casi no resalta los lados de la nave.
Las basílicas paleocristianas no tuvieron un crucero acentuado. Aunque inicialmente los templos cristianos seguían las pautas constructivas de las basílicas, pronto dieron paso a otras formas, como la planta de cruz latina o la de cruz griega, que se generalizaron sin que por ello desapareciera la forma basilical.
La cubierta de las naves suele consistir en una armadura de madera artísticamente decorada y visible desde el interior o bien oculta por un artesonado: a veces, tienen bóveda en naves laterales y siempre el ábside remata en bóveda de cuarto de esfera.
La iluminación de las basílicas se obtiene por ventanas abiertas en la parte superior (claristorio)
de la nave central más elevada que las laterales y por otras ventanas que se sitúan en el ábside y en el frontis del edificio.
Todas ellas solían cerrarse con láminas de mármol perforado o calado para dar entrada a la luz e impedir la acción de elementos destructores. Pero también se usaban láminas transparentes de alabastro sin perforar e incluso vitrales de color en basílicas suntuosas según se infiere de algunos textos de San Juan Crisóstomo y de Prudencio.
La decoración interior se logra por las mismas líneas arquitectónicas del edificio con sus clásicas molduras y por diferentes adornos de pinturas y mosaicos, sobre todo, en el muro superior del arco triunfal y en los ábsides siempre magníficamente decorados.
Con frecuencia, se disponían orientadas las basílicas según el eje principal de la nave de modo que el ábside diera hacia Occidente.
Pero desde el siglo VI dando ejemplo las iglesias bizantinas, se orientaron en sentido opuesto ya que el sacerdote (que al ofrecer el sacrificio miraba a Oriente) no celebraba ya de cara al pueblo como antes.
BASÍLICA MENORES
Además de las iglesias de tipo basilical, había en esta primera época de la paz constantiniana otras menores, de planta simplemente rectangular o cuadrada e incluso redonda, que servían de oratorios o capillas sepulcrales o memoriales de los mártires (cellae memoriae) y no faltaban otras de forma poligonal o circular destinadas a baptisterios.
Todas ellas e incluso casi todas las grandes basílicas se construyeron desde sus fundamentos y sólo algunas en escaso número habían sido antes edificios públicos o templos de que se habilitaron para el culto católico.
Su distribución
La distribución interior de las basílicas en los primeros siglos de la paz, siguiendo el modelo de las constantinianas, es como sigue:
-el atrio, con su entrada, su peristilo y su fuente o cántharus en medio, precedido a veces de un pórtico o vestíbulo exterior
-el nárthex o vestíbulo interior justo después, las tres puertas correspondientes a las tres naves las tres naves, separadas por columnas y, a veces, por verjas y cortinajes
-el coro de los cantores
-el ábside o presbiterio elevado con dos o tres gradas con su arco de triunfo sobre la entrada y su único altar en medio cubierto con un templete o baldaquino y situado sobre la cripta o sepultura de un mártir (confessio o ciborio.
Además, tiene el ábside su cátedra episcopal
-los ábsides laterales o nichos para servir de sacristías o secretarium, donde se colocaban las vestiduras y diferentes objetos sagradas en el de la derecha, llamada diaconium y las ofrendas de los fieles en el de la izquierda que por esto se denominaba zophylacium.
No siempre existían los ábsides secundarios ni se destinaban en todo caso a servir de sacristía. Pero en algunas iglesias se colocaban a los lados del presbiterio dos altares menores para la preparación y terminación del sacrificio (próthesis y apódosis, respectivamente)
En la entrada del presbiterio, como para aislarlo del resto de la iglesia, se elevaban unas columnas que sostenían un arquitrabe de mármol o de madera para fijar sobre él exvotos y lámparas.
A este conjunto arquitectónico se le llama pérgula y corresponde al iconostasio de las iglesias orientales el cual es un cuerpo más cerrado y completo y se halla decorado con multitud de imágenes devotas.
En algunas basílicas, sobre una parte de las naves laterales, había un piso con tribunas que daban vista a la central y que se reservaban, generalmente, a las vírgenes y viudas. Este sitio se llamaba gynnaeceum.
La planta baja de la nave izquierda (o sea, del Evangelio) se destinaba a las mujeres y se denominaba matronikion.
A la derecha, para los hombres, se llamaba andron y cada grupo entraba en la basílica por su puerta correspondiente.
La de en medio, que se llamaba argéntea y speciosa, servía de entrada a los clérigos. En la parte derecha y con separación de verja o pretil, se situaban los hombres de distinción y a la izquierda las matronas. De aquí los nombres de senatorium y matronaeum que, respectivamente, se les daba.
A los lados del coro se situaban anchos púlpitos o ambones para la lectura del Evangelio y la Epístola. La colocación de los fieles era la siguiente: en el atrium o, en su defecto, en el nárthex pero a distancia de la puerta interior de entrada se colocaban los penitentes del primer grado (flentes);
en el nárthex o pronaos, junto a la puerta interior, los penitentes del segundo grado (audientes) y los catecúmenos del primero (que también se llamaban audientes);
dentro ya de las naves y cerca de las puertas, los penitentes del tercero y cuarto grados (prostrati y consistentes) con los catecúmenos prostrati y competentes;
más adelante estaban los fieles comunicantes o que participaban de los divinos misterios.
Estructura de una basísica gótica
martes, 31 de julio de 2012
LA CATEDRAL
CAREDRAL
Una catedral es un templo cristiano, donde tiene sede o cátedra el obispo, siendo así la iglesia principal de cada diócesis o Iglesia particular.
La sede o cátedra episcopal es el lugar desde donde cada obispo preside la comunidad cristiana, enseñando la vida de fe y la doctrina de la Iglesia.
La Iglesia ortodoxa se refiere a sus catedrales como gran iglesia, aunque suele traducirse como catedral
Las catedrales surgieron como una nueva construcción, o como evolución de una primigenia iglesia monacal elevada al estatus de sede del obispo.
Las actividades misioneras, el poder eclesiástico y las cuestiones demográficas son las que han ido determinando qué iglesias merecían y merecen el título de catedral, al mismo tiempo que surgían, se fusionaban o suprimían las diferentes diócesis.
En un principio, la iglesia sede del obispo y cabeza de las demás iglesias de la diócesis no tuvo una tipología especial.
Durante los primeros siglos del Cristianismo y el medievo (siglos IV al XI) las catedrales no se diferenciaban demasiado de otros centros de culto, como las iglesias monacales o los templos dedicados a los mártires.
Es a partir del siglo XI cuando la catedral va adquiriendo una configuración y unas dimensiones que la diferencian de los demás templos.
Esto tuvo su momento álgido durante los siglos XIII, XIV, XV y parte del XVI, coincidiendo con el surgimiento del arte Gótico.
En esa época, las catedrales adquirieron, además de la característica que las define, que es ser sede episcopal, otras connotaciones en las que intervenían la imagen y el prestigio de las ciudades en las que se construían, determinando una verdadera carrera por hacer de estos templos edificios grandiosos y monumentales.
A día de hoy, la idea de catedral se sigue asimilando con el estilo Gótico.
Posteriormente, la aparición de la Reforma protestante y otra serie de factores determinaron que las catedrales fueran moderando su tamaño y su magnificiencia, aunque continuaron siendo edificios señeros e imponentes, adaptándose a los cambios de gusto y a los diferentes estilos artísticos.
En un principio, en el interior de las catedrales, además de la liturgia, se impartían estudios, especialmente en teología, gramática y latín.
Este fue el origen de las escuelas o estudios catedralicios, una de las primeras formas de estudio reglado, que evolucionó poco a poco hasta dar lugar a las actuales universidades.
La catedral toma su nombre de la palabra cathedra, o «asiento del obispo» (en latín, ecclesia cathedralis).
Una catedral tiene una función eclesiástica específica y efectos administrativos derivados de ser la sede de un obispo. El papel del obispo como administrador del clero local se estableció ya en el siglo I, casi 200 años antes de que fuese construida la primera catedral en Roma.
Tras la legalización del cristianismo en el año 313 por el emperador Constantino I, se construyeron rápidamente muchas iglesias. Cinco grandes se fundaron en Roma y, aunque muy alteradas o reconstruidas, todavía se conservan hoy en día, incluyendo la catedral de Roma, que es San Juan de Letrán, y también la más conocida, la basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
La forma arquitectónica que tomaron las catedrales dependió en gran parte de su función ritual como sede obispal. Las catedrales son lugares donde, en común con otras iglesias cristianas, se celebra la Eucaristía, se lee la Biblia, se dice o se canta la Orden de Servicio, se ofrecen oraciones y plegarias y se predican sermones.
Pero en una catedral, en general, estas cosas se hacen con mayor elaboración, boato y procesión que en las iglesias ordinarias. Esa elaboración está particularmente presente en importantes ritos litúrgicos oficiados por un obispo, como la Confirmación y la ordenación sacerdotal.
Las catedrales han sido a menudo también el lugar de celebración de grandes eventos y rituales asociados con los gobiernos locales o nacionales, donde los obispos realizan tareas de todo tipo desde la inducción de un alcalde hasta la consagración real de un monarca.
Algunas de esas tareas son incluso evidentes en la forma y accesorios de los que disponen algunas catedrales en particular.
Como sede obispal, eran el lugar de celebración de ciertos ritos litúrgicos, como la ordenación de sacerdotes, que reunían a un gran número de clero y fieles; Eran el lugar de encuentro eclesiástico y social de muchas personas, no sólo los de la ciudad en la que se erigía, si no también, en ocasiones, de toda la región;
Ya que a menudo tuvieron sus orígenes en una fundación monástica, eran lugar de culto de los miembros de órdenes sagradas que decían la misa en privado en una serie de pequeñas capillas dentro de la catedral; Se convirtieron algunas en lugar de culto y de enterramiento de patronos locales ricos y esos patronos a menudo las dotaban con fondos para sucesivas ampliaciones y programas de construcción;
Fueron tradicionalmente lugares de peregrinación al que acudían los fieles desde lejos para celebrar importantes días de fiesta o para visitar el santuario asociado a un santo en particular. En las catedrales donde están enterrados los restos de un santo, a veces se ampliaban por su extremo oriental detrás del Altar Mayor.
miércoles, 28 de marzo de 2012
LAS BASÍLICAS II
BASÍLICAS LITÚRGICAS
Con independencia de su trazado arquitectónico, una iglesia puede titularse «Basílica» por prerrogativa del Romano Pontífice.
Así, en sentido litúrgico, son basílicas todas aquellas iglesias que, por su importancia, por sus circunstancias históricas, o por aspectos de cierto relieve, obtengan ese privilegio papal. Se distinguen las basílicas mayores y las basílicas menores.
Cuando el papa eleva a una iglesia a la condición de Basílica Menor le otorga el derecho a lucir en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con la Santa Sede: el conopeo o umbraculum y el tintinábulo (ambos visibles en la imagen).
A pesar de esto, hoy en día, la normativa vigente sobre las basílicas no se pronuncia en ningún momento sobre el derecho a utilizar el conopeo y el tintinábulo, ya que actualmente no existen litúrgicamente.
Además, el Santo Padre concede a la comunidad que rinde culto en la Basílica la gracia de ganar la indulgencia plenaria si visita el templo en cuatro ocasiones especiales: el día de San Pedro y San Pablo, el día de la Cátedra de San Pedro, el aniversario de la entronización del pontífice reinante, y otra fecha del año elegida libremente.
También existen basílicas que se consideran tales por «concesión inmemorial», es decir, que no necesariamente han sido declaradas con esta dignidad por el Papa, pero que sin embargo, la Santa Sede las reconoce como basílicas, generalmente por ser templos relacionados con lugares en donde tuvieron lugar los hechos de la Pasión de Cristo, y por ser o estar construidas sobre basílicas paleocristianas en donde han sido enterrados mártires.
Todas las basílicas de «concesión inmemorial» son consideradas basílicas menores, menos las cuatro basílicas mayores de Roma, que también son de «concesión inmemorial». En esta categoría estarían las basílicas de la Natividad, del Santo Sepulcro o la de las Naciones, también la Catedral-Basílica de Florencia, la Basílica de San Francisco de Asís y la de San Antonio de Padua, o la Catedral-Basílica de Santiago de Compostela, entre otras.3
Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos:
-ser un templo de excepcional esplendor, levantado con un perfil destacado;
-ser el foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él; -poseer un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él.
También se asocian al templo ciertos deberes, entre ellos:
-que el oficio celebrado en ella sea un ejemplo para los demás templos de la Diócesis a la que pertenece;
-promover la formación bíblica y religiosa de los fieles, como el estudio y divulgación de los documentos con los que se propone el magisterio del Sumo Pontífice;
- obligación de celebrar las fiestas de la Cátedra de San Pedro (22 de febrero), de San Pedro y San Pablo (29 de junio), y el aniversario de la exaltación del Sumo Pontífice.
Basílicas católicas Basílicas mayores
Con independencia de su trazado arquitectónico, una iglesia puede titularse «Basílica» por prerrogativa del Romano Pontífice.
Así, en sentido litúrgico, son basílicas todas aquellas iglesias que, por su importancia, por sus circunstancias históricas, o por aspectos de cierto relieve, obtengan ese privilegio papal. Se distinguen las basílicas mayores y las basílicas menores.
Cuando el papa eleva a una iglesia a la condición de Basílica Menor le otorga el derecho a lucir en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con la Santa Sede: el conopeo o umbraculum y el tintinábulo (ambos visibles en la imagen).
A pesar de esto, hoy en día, la normativa vigente sobre las basílicas no se pronuncia en ningún momento sobre el derecho a utilizar el conopeo y el tintinábulo, ya que actualmente no existen litúrgicamente.
Además, el Santo Padre concede a la comunidad que rinde culto en la Basílica la gracia de ganar la indulgencia plenaria si visita el templo en cuatro ocasiones especiales: el día de San Pedro y San Pablo, el día de la Cátedra de San Pedro, el aniversario de la entronización del pontífice reinante, y otra fecha del año elegida libremente.
También existen basílicas que se consideran tales por «concesión inmemorial», es decir, que no necesariamente han sido declaradas con esta dignidad por el Papa, pero que sin embargo, la Santa Sede las reconoce como basílicas, generalmente por ser templos relacionados con lugares en donde tuvieron lugar los hechos de la Pasión de Cristo, y por ser o estar construidas sobre basílicas paleocristianas en donde han sido enterrados mártires.
Todas las basílicas de «concesión inmemorial» son consideradas basílicas menores, menos las cuatro basílicas mayores de Roma, que también son de «concesión inmemorial». En esta categoría estarían las basílicas de la Natividad, del Santo Sepulcro o la de las Naciones, también la Catedral-Basílica de Florencia, la Basílica de San Francisco de Asís y la de San Antonio de Padua, o la Catedral-Basílica de Santiago de Compostela, entre otras.3
Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos:
-ser un templo de excepcional esplendor, levantado con un perfil destacado;
-ser el foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él; -poseer un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él.
También se asocian al templo ciertos deberes, entre ellos:
-que el oficio celebrado en ella sea un ejemplo para los demás templos de la Diócesis a la que pertenece;
-promover la formación bíblica y religiosa de los fieles, como el estudio y divulgación de los documentos con los que se propone el magisterio del Sumo Pontífice;
- obligación de celebrar las fiestas de la Cátedra de San Pedro (22 de febrero), de San Pedro y San Pablo (29 de junio), y el aniversario de la exaltación del Sumo Pontífice.
Basílicas católicas Basílicas mayores
martes, 14 de febrero de 2012
TIPOS DE TEMPLOS
Por iglesia se entiende un edificio sagrado destinado al culto divino, al que los fieles tienen derecho a entrar para la celebración, sobre todo pública, del culto divino (CDC 1214).
Templo es sinónimo de iglesia. También son lugares sagrados los cementerios (camposantos).
Según su importancia y función institucional, una iglesia cristiana, con independencia de que sea un edificio aislado o pertenezca a un conjunto religioso, puede ser denominada:
Catedral es la Iglesia Madre de una Diócesis y sede del Obispo. Sólo puede haber una en cada diócesis.
Es en la que reside el obispo u arzobispo con su cabildo;
La catedral, donde está la cátedra del obispo, es la más importante de todas las iglesias.
iglesia primada o primacial, si es la sede de un primado, obispo que tiene una primacía sobre los demás;
Basílica, cuando recibe este título especial del papa por su importancia, circunstancias históricas o por aspectos de cierto relieve.
La basílica es un lugar especial de culto y puede ser sede parroquial, santuario o catedral.
Es un titulo de honor y se obligan a dar un culto continuado. Tiene sus insignias propias: escudo, timtinábulo e umbrella
Basílica de Sa Aoolinar el Nuevo
Se distinguen las basílicas mayores y las basílicas menores.
La basílica es un lugar especial de culto y puede ser sede parroquial, santuario o catedral.
Es un titulo de honor y se obligan a dar un culto continuado. Tiene sus insignias propias: escudo, timtinábulo e umbrella.
Sólo hay cuatro basílicas mayores, todas en Roma: Basílica de San Juan de Letrán, es la catedral del Papa como obispo de Roma, Basílica de San Pedro del Vaticano,
asignada antiguamente al Patriarca de Constantinopla, hoy usada por el Papa como cabeza de la Iglesia Católica, Basílica de Santa María la Mayor, asignada antiguamente al Patriarca de Antioquia y la Basílica de San Pablo Extramuros, asignada antiguamente al Patriarca de Alejandría.
Colegiata
Colegiata, que no siendo silla propia de arzobispo u obispo esta servida por un colegio (el Capítulo) de dignidades y canónigos seculares y en ella se celebran los ritos con más boato y pompa, similar al de las catedrales;
Santuarios
Santuario es una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar.
Se requiere la aprobación de la Conferencia Episcopal para que un santuario pueda llamarse nacional; y la aprobación de la Santa Sede, para que se le denomine internacional. Corresponde al Ordinario del lugar aprobar los estatutos de un santuario diocesano; a la Conferencia Episcopal, los de un santuario nacional; y sólo a la Santa Sede los de un santuario internacional.
Iglesia parroquial, sede de una parroquia;
iglesia que con su párroco al frente atiende a una feligresía. Es el lugar adecuado para la vida eclesial y para la administración de los sacramentos.
Oratorio se denomina a un lugar destinado al culto divino con licencia del Ordinario, en beneficio de una comunidad o grupo de fieles que acuden allí, al cual también pueden tener acceso otros fieles, con el consentimiento del Superior competente.
Ermitas
Las ermitas son pequeños templos en los que no se celebran ceremonias religiosas habitualmente pero se rinde culto en ocasiones determinadas. Suelen estar en lugares poco poblados o sin mucha concurrencia.
Dado que muchas hermandades tiene su sede canónica en capillas propias o en capillas integradas en otros templos vamos a verlas con más detenimiento.
Son denominadas, y con independencia de que pueden ser consideradas con alguno de los títulos anteriores, según el caso:
iglesia conventual;
iglesia abacial si es la iglesia principal de una abadía;
iglesia prioral si es la iglesia de un priorato;
iglesia monástica si es la iglesia de un monasterio; iglesia misional si es la iglesia de una misión.
Capillas
Una capilla es un tipo de iglesia que puede ser independiente o formar parte de una estructura o edificio mayor. El nombre de capilla,
en cuanto significa lugar dedicado al culto divino, proviene según unos de la capa de san Martín que los reyes de Francia llevaban antiguamente a la guerra y hacían colocar en una tienda de campaña que tomó de aquí la denominación de capilla y los que la guardaban la de capellanes y según otros trae su origen de la palabra latina capella que significa cabra o cabala, porque en lo antiguo se cubrían con pieles de estos animales las ermitas y pequeñas iglesias, y se llamaba capella todo edificio que estaba cubierto con pieles de cabras.
Con el término capilla se engloban pues muy diferentes construcciones.
Por un lado se encuentran los diferentes departamentos alojados a lo largo de las iglesias, diferentes del altar mayor, estas capillas generalmente están situadas hasta el extremo entre el deambulatorio y el crucero, ocupando asimismo el espacio ofrecido por las naves laterales en la típica iglesia de planta basilical, aunque también pueden presentarse como pequeñas salas con entrada independiente. También pueden estar adosadas a los templos o en lugares independientes
Templo es sinónimo de iglesia. También son lugares sagrados los cementerios (camposantos).
Según su importancia y función institucional, una iglesia cristiana, con independencia de que sea un edificio aislado o pertenezca a un conjunto religioso, puede ser denominada:
Catedral es la Iglesia Madre de una Diócesis y sede del Obispo. Sólo puede haber una en cada diócesis.
Es en la que reside el obispo u arzobispo con su cabildo;
La catedral, donde está la cátedra del obispo, es la más importante de todas las iglesias.
iglesia primada o primacial, si es la sede de un primado, obispo que tiene una primacía sobre los demás;
Basílica, cuando recibe este título especial del papa por su importancia, circunstancias históricas o por aspectos de cierto relieve.
La basílica es un lugar especial de culto y puede ser sede parroquial, santuario o catedral.
Es un titulo de honor y se obligan a dar un culto continuado. Tiene sus insignias propias: escudo, timtinábulo e umbrella
Basílica de Sa Aoolinar el Nuevo
Se distinguen las basílicas mayores y las basílicas menores.
La basílica es un lugar especial de culto y puede ser sede parroquial, santuario o catedral.
Es un titulo de honor y se obligan a dar un culto continuado. Tiene sus insignias propias: escudo, timtinábulo e umbrella.
Sólo hay cuatro basílicas mayores, todas en Roma: Basílica de San Juan de Letrán, es la catedral del Papa como obispo de Roma, Basílica de San Pedro del Vaticano,
asignada antiguamente al Patriarca de Constantinopla, hoy usada por el Papa como cabeza de la Iglesia Católica, Basílica de Santa María la Mayor, asignada antiguamente al Patriarca de Antioquia y la Basílica de San Pablo Extramuros, asignada antiguamente al Patriarca de Alejandría.
Colegiata
Colegiata, que no siendo silla propia de arzobispo u obispo esta servida por un colegio (el Capítulo) de dignidades y canónigos seculares y en ella se celebran los ritos con más boato y pompa, similar al de las catedrales;
Santuarios
Santuario es una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar.
Se requiere la aprobación de la Conferencia Episcopal para que un santuario pueda llamarse nacional; y la aprobación de la Santa Sede, para que se le denomine internacional. Corresponde al Ordinario del lugar aprobar los estatutos de un santuario diocesano; a la Conferencia Episcopal, los de un santuario nacional; y sólo a la Santa Sede los de un santuario internacional.
Iglesia parroquial, sede de una parroquia;
iglesia que con su párroco al frente atiende a una feligresía. Es el lugar adecuado para la vida eclesial y para la administración de los sacramentos.
Oratorio se denomina a un lugar destinado al culto divino con licencia del Ordinario, en beneficio de una comunidad o grupo de fieles que acuden allí, al cual también pueden tener acceso otros fieles, con el consentimiento del Superior competente.
Ermitas
Las ermitas son pequeños templos en los que no se celebran ceremonias religiosas habitualmente pero se rinde culto en ocasiones determinadas. Suelen estar en lugares poco poblados o sin mucha concurrencia.
Dado que muchas hermandades tiene su sede canónica en capillas propias o en capillas integradas en otros templos vamos a verlas con más detenimiento.
Además, algunos complejos arquitectónicos destinados a la vida religiosa, monasterios, abadías, conventos, cenobios, beaterios, misiones... tienen una iglesia o un edificio destinado al culto, o incluso varios de ellos.
iglesia conventual;
iglesia abacial si es la iglesia principal de una abadía;
iglesia prioral si es la iglesia de un priorato;
iglesia monástica si es la iglesia de un monasterio; iglesia misional si es la iglesia de una misión.
Capillas
Una capilla es un tipo de iglesia que puede ser independiente o formar parte de una estructura o edificio mayor. El nombre de capilla,
en cuanto significa lugar dedicado al culto divino, proviene según unos de la capa de san Martín que los reyes de Francia llevaban antiguamente a la guerra y hacían colocar en una tienda de campaña que tomó de aquí la denominación de capilla y los que la guardaban la de capellanes y según otros trae su origen de la palabra latina capella que significa cabra o cabala, porque en lo antiguo se cubrían con pieles de estos animales las ermitas y pequeñas iglesias, y se llamaba capella todo edificio que estaba cubierto con pieles de cabras.
Con el término capilla se engloban pues muy diferentes construcciones.
Por un lado se encuentran los diferentes departamentos alojados a lo largo de las iglesias, diferentes del altar mayor, estas capillas generalmente están situadas hasta el extremo entre el deambulatorio y el crucero, ocupando asimismo el espacio ofrecido por las naves laterales en la típica iglesia de planta basilical, aunque también pueden presentarse como pequeñas salas con entrada independiente. También pueden estar adosadas a los templos o en lugares independientes
domingo, 12 de febrero de 2012
CAPILLAS
Capilla es la denominación de un tipo de oratorio o lugar de culto en la religión católica también existen capillas en otras denominaciones como la comunión anglicana, o las iglesias luteranas. Arquitectónicamente puede ser independiente o formar parte de un edificio mayor, habitualmente una iglesia o un palacio.
Etimológicamente proviene, según el DRAE, del diminutivo latino de capa.
Tal origen podría provenir de la costumbre de los reyes de Francia de hacer colocar la capa de san Martín durante las campañas militares en su tienda; ésta pasó a denominarse "capilla", y los clérigos que ejercían en ella su ministerio capellanes.
Otro posible origen sería la palabra latina capella que significa "cabra" o "cabrilla", porque en lo antiguo se cubrían con pieles de estos animales las ermitas y pequeñas iglesias, y se llamaba capella todo edificio que estaba cubierto con estas pieles.6
En el Antiguo Régimen, cada casa noble, cada gremio y red clientelar, se vinculaba con una de las varias capillas existentes en una iglesia o catedral (muy a menudo realizando en ellas una fundación eclesiástica o cofradía), estableciéndose fuertes rivalidades entre ellas.
Suelen disponerse a lo largo de las iglesias, bien como espacios abiertos a las naves laterales o bien con entrada independiente. Muy a menudo marcan su separación del espacio común de la iglesia con cierres especialmente decorados (rejería).
Para la celebración del culto han de disponer de un altar, alojando "altares menores" diferentes del altar mayor. El resto de su contenido consiste esencialmente en la imagen de su advocación (muy a menudo en obras de arte complejas: los retablos o altarpieces) y en su caso el sepulcro del fundador y su familia.
La cubierta de las capillas de mayor tamaño puede consistir en sofisticadas bóvedas o cúpulas, mientras que en las pequeñas no es tan común. Suelen disponer de iluminación propia y diferenciada del resto de la iglesia (bien con luz natural a través de ventanales y vidrieras, bien mediante iluminación artificial).
Sus dimensiones, por definición reducidas (al menos en comparación con el edificio del que dependen), incluyen en cualquier caso el espacio suficiente para alojar a los fieles que acudan a ella.
TIPOS DE CAPPILLAS
1 Según su titularidad
Capilla privada. La que se encuentra en una casa particular, habitualmente de la nobleza.
Capilla de los Rugama en su palacio.
Capilla real.
Recinto y cuerpo eclesiástico de ministros que prestan su servicio en un palacio real y sus dependencias.
También se denomina así a la capilla fundada por un rey en una iglesia.
Capilla palatina.
Con ese nombre se designan particularmente a la capilla palatina de Aquisgrán (la del palacio de Carlomagno) y la capilla palatina de Palermo (la del palacio de los nomrmandos, de Rogelio II de Siclia).
2 Según su disposición en la iglesia
Capilla mayor.
Parte principal de la iglesia, habitualmente en la cabecera de la nave mayor (en el ábside o rodeada por la girola, según determine la forma de la planta), donde se sitúan el presbiterio y el altar mayor.
Capilla lateral.
Se abren en los muros de las naves laterales. Suelen contener altares y sepulcros de las familias donantes (por ejemplo, la capilla del Condestable y otras de la catedral de Burgos -véanse también las de la catedral de Palencia-).
También se suelen abren capillas en los muros de la girola (por ejemplo, la capilla de los Reyes Viejos y otras de la catedral de Toledo). La que ocupa el lugar central, coincidente con el eje longitudinal del templo, se denomina capilla axial, y se suele dedicar a la Virgen.
Es muy habitual que una capilla, cercana a los pies de la iglesia, acoja la pila bautismal, denominándose capilla bautismal (la denominación baptisterio se suele reservar para edificios exentos).
Etimológicamente proviene, según el DRAE, del diminutivo latino de capa.
Tal origen podría provenir de la costumbre de los reyes de Francia de hacer colocar la capa de san Martín durante las campañas militares en su tienda; ésta pasó a denominarse "capilla", y los clérigos que ejercían en ella su ministerio capellanes.
Otro posible origen sería la palabra latina capella que significa "cabra" o "cabrilla", porque en lo antiguo se cubrían con pieles de estos animales las ermitas y pequeñas iglesias, y se llamaba capella todo edificio que estaba cubierto con estas pieles.6
En el Antiguo Régimen, cada casa noble, cada gremio y red clientelar, se vinculaba con una de las varias capillas existentes en una iglesia o catedral (muy a menudo realizando en ellas una fundación eclesiástica o cofradía), estableciéndose fuertes rivalidades entre ellas.
Suelen disponerse a lo largo de las iglesias, bien como espacios abiertos a las naves laterales o bien con entrada independiente. Muy a menudo marcan su separación del espacio común de la iglesia con cierres especialmente decorados (rejería).
Para la celebración del culto han de disponer de un altar, alojando "altares menores" diferentes del altar mayor. El resto de su contenido consiste esencialmente en la imagen de su advocación (muy a menudo en obras de arte complejas: los retablos o altarpieces) y en su caso el sepulcro del fundador y su familia.
La cubierta de las capillas de mayor tamaño puede consistir en sofisticadas bóvedas o cúpulas, mientras que en las pequeñas no es tan común. Suelen disponer de iluminación propia y diferenciada del resto de la iglesia (bien con luz natural a través de ventanales y vidrieras, bien mediante iluminación artificial).
Sus dimensiones, por definición reducidas (al menos en comparación con el edificio del que dependen), incluyen en cualquier caso el espacio suficiente para alojar a los fieles que acudan a ella.
TIPOS DE CAPPILLAS
1 Según su titularidad
Capilla privada. La que se encuentra en una casa particular, habitualmente de la nobleza.
Capilla de los Rugama en su palacio.
Capilla real.
Recinto y cuerpo eclesiástico de ministros que prestan su servicio en un palacio real y sus dependencias.
También se denomina así a la capilla fundada por un rey en una iglesia.
Capilla palatina.
Con ese nombre se designan particularmente a la capilla palatina de Aquisgrán (la del palacio de Carlomagno) y la capilla palatina de Palermo (la del palacio de los nomrmandos, de Rogelio II de Siclia).
2 Según su disposición en la iglesia
Capilla mayor.
Parte principal de la iglesia, habitualmente en la cabecera de la nave mayor (en el ábside o rodeada por la girola, según determine la forma de la planta), donde se sitúan el presbiterio y el altar mayor.
Capilla lateral.
Se abren en los muros de las naves laterales. Suelen contener altares y sepulcros de las familias donantes (por ejemplo, la capilla del Condestable y otras de la catedral de Burgos -véanse también las de la catedral de Palencia-).
También se suelen abren capillas en los muros de la girola (por ejemplo, la capilla de los Reyes Viejos y otras de la catedral de Toledo). La que ocupa el lugar central, coincidente con el eje longitudinal del templo, se denomina capilla axial, y se suele dedicar a la Virgen.
Es muy habitual que una capilla, cercana a los pies de la iglesia, acoja la pila bautismal, denominándose capilla bautismal (la denominación baptisterio se suele reservar para edificios exentos).
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