27 AÑOS DANDO CLASES DE RELIGIÓN
UN CAMINO NUEVO SE ABRE EN MI VIDA DESPUÉS DE 27 AÑOS COMO PROFESORA DE RELIGIÓN
DE MIS AMIGOS MÁS QUE DE MIS MAESTROS
PERO DE MIS ALUMNOS HE APRENDIDO MÁS QUE DE TODOS
domingo, 27 de noviembre de 2016
EMPIEZA EL AÑO LITÚRGICO
EL AÑO LITÚRGICO
El Año Litúrgico, o también conocido como Calendario Litúrgico, es un ciclo basado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.
Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en unión con Él y a crecer en nuestra fe.
En este ciclo también honramos a María, nuestra madre, y a todos los santos.
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales.
Empieza el primer Domingo de Adviento
Las fiestas religiosas de la Iglesia Católica que se celebran a lo largo del año, están recogidas en el calendario litúrgico o ciclo litúrgico.
calendario liturgico
Estas fiestas nos recuerdan los acontecimientos y personajes más importantes de la fe.
Ayudan a los cristianos a encontrarse con Dios y a vivir más unidos a Él y a los demás.
Estas fiestas deben vivirse con fe, en comunidad y participando en la Eucaristía.
El Año Litúrgico, o también conocido como Calendario Litúrgico, es un ciclo basado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.
Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en unión con Él y a crecer en nuestra fe.
En este ciclo también honramos a María, nuestra madre, y a todos los santos.
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales.
Empieza el primer Domingo de Adviento
y termia el día de la Fiesta de Cristo Rey
Estas fiestas nos recuerdan los acontecimientos y personajes más importantes de la fe.
Ayudan a los cristianos a encontrarse con Dios y a vivir más unidos a Él y a los demás.
Estas fiestas deben vivirse con fe, en comunidad y participando en la Eucaristía.
ADVIENTO 2016
Como dice el Evangelio es tiempo de tener ánimo, porque se acerca nuestra liberación. Por eso hay que levantar la cabeza hacia Dios, del que viene todo lo que somos y tenemos. No mirar para abajo, sino para arriba. No dejarnos influir por tantas situaciones de destrucción y de muerte, sino de las de vida y esperanza.Estamos en tiempo de Adviento, en el que se activa nuestra esperanza. Así que aprovechemos estas cuatro semana para acoger a Jesús, que viene y que nos va a liberar y abrazar con su Amor.
PREPARANDO EL CAMINO
PEQUEÑOS GESTOS DE AMOR HACEN EL CAMINO LC 3, 1-6
La figura de Juan Bautista, el Precursor, el que le prepara el camino al Mesías.
¡Qué mejor camino que el que vamos preparando con pequeños gestos de amor! ¡Cuántas oportunidades de allanar caminos tendiendo manos, uniendo corazones, perdonando, entregándose a fondo perdido!
El camino es el amor.
Allanar caminos es allanar corazones, ganar corazones, enlosar el mundo de amor. Juan Bautista quiere que le ayudemos en esta ingente tarea y que lo hagamos con cuidado, con mimo.
El Señor pasa por nuestro camino. Hemos de ofrecerle lo mejor de nosotros mismos que habita en nuestro corazón.
Este domingo se enciende la vela rosa
Estamos alegres, el Señor está cerca.
Los sacerdotes revestido de rosa
Lc 3, 2b-3. 10-18
“¿Qué debemos hacer?”.
Lo que hace el Niño que viene: ser pan para el que está machacado por el hambre y la desnudez. Ser pan, alimento, calor, puentes que acercan y evitan exclusiones.
Domingo de la alegría para estar alegres anunciando la Buena Noticia, que se concreta en palabras de esperanza y en signos que hablan por sí solos de fraternidad y vida compartida.
“¿Qué debemos hacer?”. Mira a tu alrededor. “¿Qué puedes hacer?”. Mira bien: da de comer, colabora con los que están haciendo campañas en estos días por los demás o promueve iniciativas solidarias, da tu capa…
La alegría se manifiesta en la generosidad de la mirada y en aquello que compartimos sintiendo profundamente el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos.
“¿Qué debemos hacer?”. No quejarnos demasiado y ser felices. Hemos recibido la Buena Noticia: el Niño traerá la justicia.
domingo, 20 de noviembre de 2016
ESCUDO PAPAL
Desde la Edad Media, los escudos de armas se hicieron de uso común para los guerreros y para la nobleza; por eso, se fue desarrollando un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil.
Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo personal, así como simbolismos propios de la Sede apostólica.
Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado. ç
De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él.
En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos. A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado.
Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que habían adoptado como obispos.
Como hemos descrito, el escudo contiene en su interior los símbolos relacionados con la persona a la que pertenece, con su ideal, con sus tradiciones, con su programa de vida y con los principios que lo inspiran y guían.
En cambio, los diversos símbolos del grado, de la dignidad y de la jurisdicción de la persona aparecen en torno al escudo.
Pio VI
Desde tiempo inmemorial, es tradición que el Sumo Pontífice lleve en su emblema, alrededor del escudo, las dos llaves "cruzadas" (al estilo de la cruz de san Andrés), una de color oro y otra de color plata.
Varios autores las interpretan como los símbolos de los poderes espiritual y temporal. Aparecen detrás del escudo, o por encima de él, con cierto relieve.
El evangelio de san Mateo narra que Cristo dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19).
Así pues, las llaves son el símbolo típico del poder dado por Cristo a san Pedro y a sus sucesores; y por eso con razón aparecen en todos los escudos papales.
En la heráldica civil siempre hay por encima del escudo una prenda para cubrir la cabeza, por lo general una corona.
También en la heráldica eclesiástica aparece normalmente una prenda para cubrir la cabeza, evidentemente de tipo eclesiástico.
Pio X
En el caso del Sumo Pontífice, ya desde los tiempos antiguos, aparece una "tiara". Al inicio era un tipo de "birrete" cerrado.
En 1130 fue acompañado por una corona, símbolo de la soberanía sobre los Estados de la Iglesia.
Bonifacio VIII, en el año 1301, en tiempos del enfrentamiento con el rey de Francia Felipe el Hermoso, añadió una segunda corona para significar su autoridad espiritual por encima de la civil.
Y Benedicto XII, en el año 1342, añadió una tercera corona, para simbolizar la autoridad moral del Papa sobre todos los monarcas civiles y reafirmar la posesión de Aviñón.
Con el tiempo, al perder sus significados de carácter temporal, la tiara de plata con las tres coronas de oro se usó para representar los tres poderes del Sumo Pontífice: orden sagrado, jurisdicción y magisterio.
En los últimos siglos, los Papas usaron la tiara en los pontificales solemnes, y especialmente en el día de la "coronación", al inicio de su pontificado.
Pablo VI
Pablo VI utilizó para esa función una preciosa tiara que le regaló la diócesis de Milán (esa misma diócesis le había regalado una a Pío XI), pero luego la destinó a obras de beneficencia e inició la costumbre de usar una simple "mitra", aunque a veces enriquecida con decoraciones o piedras preciosas.
Sin embargo, dejó la "tiara" juntamente con las llaves cruzadas como símbolo de la Sede apostólica.
Con razón, la ceremonia con la que el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha iniciado solemnemente su pontificado, el domingo 24 de abril 2005 , no se ha llamó "coronación", como se decía en el pasado, pues la plena jurisdicción del Papa comienza en el momento de su aceptación de la elección hecha por los cardenales en el Cónclave y no con una coronación, como sucede con los monarcas civiles.
Benedicto XVI
Por eso, esa ceremonia se llama simplemente solemne inicio de su ministerio petrino.
El Santo Padre Benedicto XVI decidió no poner ya la tiara en su emblema personal oficial, sino sólo una simple mitra, que por tanto ya no tiene encima una pequeña esfera y una cruz, como sucedía con la tiara.
http://misatradicionalciudadreal.blogspot.com.es/2011/05/tiaras-papales-existentes-hoy-dia-con.html
En la heráldica en general, tanto civil como eclesiástica,especialmente en los grados inferiores, es costumbre poner bajo el escudo una banda o un pergamino que lleva un lema, o divisa.
Con una palabra, o con pocas, expresa un ideal o un programa de vida.
El cardenal Joseph Ratzinger tenía en su escudo arzobispal y cardenalicio el lema: "Cooperatores Veritatis". Esa sigue siendo su aspiración y programa personal, pero ya no aparece en el escudo papal, según la común tradición de los escudos de los Sumos Pontífices en los últimos siglos.
Todos recordamos cómo Juan Pablo II citaba a menudo su lema: "Totus tuus", aunque no figurara en su escudo papal. La falta de un lema en el escudo del Papa no significa falta de programa, sino una apertura sin exclusión a todos los ideales que derivan de la fe, de la esperanza y de la caridad.
Escudos de los últimos papas
Pio XII
Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli. conocido como Pío XII reinó como el Papa no. 260, cabeza visible de la Iglesia católica, y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 2 de marzo de 1939 y hasta su muerte en 1958. El papa Benedicto XVI lo declaró Venerable el 19 de diciembre de 2009.
Juan XXIII
Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el papa número 261 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
Pablo VI
Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (Concesio, cerca de Brescia, Lombardía; 26 de septiembre de 1897-Castel Gandolfo; 6 de agosto de 1978), fue el papa 262 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte el 6 de agosto de 1978
.
Juan Pablo I
Albino Luciani (Canale d'Agordo, 17 de octubre de 1912-Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978) fue el papa número 263.º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida 33 días después.
Su pontificado fue uno de los más breves de la historia, dando lugar al más reciente año de los tres papas. Fue el primer papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo es el último pontífice italiano hasta la fecha, y el último de una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523
Juan Pablo II
Karol Józef Wojtyła5 (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.6 Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Franciso
Benedicto XVI
Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano.nota 2 Resultó elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave
Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina; 17 de diciembre de 1936), es el 266.º y actual papa de la Iglesia católica.7 Como tal, es el jefe de Estado y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano. Tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, fue elegido el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.
Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo personal, así como simbolismos propios de la Sede apostólica.
Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado. ç
De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él.
En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos. A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado.
Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que habían adoptado como obispos.
Como hemos descrito, el escudo contiene en su interior los símbolos relacionados con la persona a la que pertenece, con su ideal, con sus tradiciones, con su programa de vida y con los principios que lo inspiran y guían.
En cambio, los diversos símbolos del grado, de la dignidad y de la jurisdicción de la persona aparecen en torno al escudo.
Pio VI
Desde tiempo inmemorial, es tradición que el Sumo Pontífice lleve en su emblema, alrededor del escudo, las dos llaves "cruzadas" (al estilo de la cruz de san Andrés), una de color oro y otra de color plata.
Varios autores las interpretan como los símbolos de los poderes espiritual y temporal. Aparecen detrás del escudo, o por encima de él, con cierto relieve.
El evangelio de san Mateo narra que Cristo dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19).
Así pues, las llaves son el símbolo típico del poder dado por Cristo a san Pedro y a sus sucesores; y por eso con razón aparecen en todos los escudos papales.
En la heráldica civil siempre hay por encima del escudo una prenda para cubrir la cabeza, por lo general una corona.
También en la heráldica eclesiástica aparece normalmente una prenda para cubrir la cabeza, evidentemente de tipo eclesiástico.
Pio X
En el caso del Sumo Pontífice, ya desde los tiempos antiguos, aparece una "tiara". Al inicio era un tipo de "birrete" cerrado.
En 1130 fue acompañado por una corona, símbolo de la soberanía sobre los Estados de la Iglesia.
Bonifacio VIII, en el año 1301, en tiempos del enfrentamiento con el rey de Francia Felipe el Hermoso, añadió una segunda corona para significar su autoridad espiritual por encima de la civil.
Y Benedicto XII, en el año 1342, añadió una tercera corona, para simbolizar la autoridad moral del Papa sobre todos los monarcas civiles y reafirmar la posesión de Aviñón.
Con el tiempo, al perder sus significados de carácter temporal, la tiara de plata con las tres coronas de oro se usó para representar los tres poderes del Sumo Pontífice: orden sagrado, jurisdicción y magisterio.
En los últimos siglos, los Papas usaron la tiara en los pontificales solemnes, y especialmente en el día de la "coronación", al inicio de su pontificado.
Pablo VI
Pablo VI utilizó para esa función una preciosa tiara que le regaló la diócesis de Milán (esa misma diócesis le había regalado una a Pío XI), pero luego la destinó a obras de beneficencia e inició la costumbre de usar una simple "mitra", aunque a veces enriquecida con decoraciones o piedras preciosas.
Sin embargo, dejó la "tiara" juntamente con las llaves cruzadas como símbolo de la Sede apostólica.
Con razón, la ceremonia con la que el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha iniciado solemnemente su pontificado, el domingo 24 de abril 2005 , no se ha llamó "coronación", como se decía en el pasado, pues la plena jurisdicción del Papa comienza en el momento de su aceptación de la elección hecha por los cardenales en el Cónclave y no con una coronación, como sucede con los monarcas civiles.
Benedicto XVI
Por eso, esa ceremonia se llama simplemente solemne inicio de su ministerio petrino.
El Santo Padre Benedicto XVI decidió no poner ya la tiara en su emblema personal oficial, sino sólo una simple mitra, que por tanto ya no tiene encima una pequeña esfera y una cruz, como sucedía con la tiara.
http://misatradicionalciudadreal.blogspot.com.es/2011/05/tiaras-papales-existentes-hoy-dia-con.html
En la heráldica en general, tanto civil como eclesiástica,especialmente en los grados inferiores, es costumbre poner bajo el escudo una banda o un pergamino que lleva un lema, o divisa.
Con una palabra, o con pocas, expresa un ideal o un programa de vida.
El cardenal Joseph Ratzinger tenía en su escudo arzobispal y cardenalicio el lema: "Cooperatores Veritatis". Esa sigue siendo su aspiración y programa personal, pero ya no aparece en el escudo papal, según la común tradición de los escudos de los Sumos Pontífices en los últimos siglos.
Todos recordamos cómo Juan Pablo II citaba a menudo su lema: "Totus tuus", aunque no figurara en su escudo papal. La falta de un lema en el escudo del Papa no significa falta de programa, sino una apertura sin exclusión a todos los ideales que derivan de la fe, de la esperanza y de la caridad.
Escudos de los últimos papas
Pio XII
Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli. conocido como Pío XII reinó como el Papa no. 260, cabeza visible de la Iglesia católica, y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 2 de marzo de 1939 y hasta su muerte en 1958. El papa Benedicto XVI lo declaró Venerable el 19 de diciembre de 2009.
Juan XXIII
Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el papa número 261 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
Pablo VI
Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (Concesio, cerca de Brescia, Lombardía; 26 de septiembre de 1897-Castel Gandolfo; 6 de agosto de 1978), fue el papa 262 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte el 6 de agosto de 1978
.
Juan Pablo I
Albino Luciani (Canale d'Agordo, 17 de octubre de 1912-Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978) fue el papa número 263.º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida 33 días después.
Su pontificado fue uno de los más breves de la historia, dando lugar al más reciente año de los tres papas. Fue el primer papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo es el último pontífice italiano hasta la fecha, y el último de una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523
Juan Pablo II
Karol Józef Wojtyła5 (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.6 Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Franciso
Benedicto XVI
Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano.nota 2 Resultó elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave
Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina; 17 de diciembre de 1936), es el 266.º y actual papa de la Iglesia católica.7 Como tal, es el jefe de Estado y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano. Tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, fue elegido el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.
viernes, 18 de noviembre de 2016
OBJETOS RELIGIOSOS EL CALIZ
EL CALIZ
El Cáliz: es el recipiente que contiene el vino para la celebración de la Misa, que se convertirá en la Sangre de Cristo.
Se trata,por lo general, de un Vaso Sagrado muy bonito, trabajado con arte y con metales preciosos y a veces, adornado con piedras preciosas.
Es el vaso en el que el sacerdote católico consagra el vino en la eucaristía.
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
Hay que notar que el cáliz en el cristianismo no es solo usado por la liturgia católica sino por otras iglesias cristianas (aunque se le apliquen otros nombres de acuerdo con cada población) y que deriva de la copa principal usada en el Pésaj
ya que Jesucristo en la última cena que era en Pésaj o en vísperas del Pésaj (Pasaje) usó tal importante elemento ritual para establecer la que luego en lenguas romances se denomina común unión o comunión a través del rito de la eucaristía.
El material en que están fabricados todos ellos fue muy variado en los primeros siglos, empleándose de igual forma la plata, el oro, la piedra ágata, el vidrio, el cuerno y la madera, según los recursos de las Iglesias o de los donantes.
Pero ya a mediados del siglo IX el Papa León IV prohibió los de madera, plomo y vidrio, bastante raros ya desde el siglo VII, y a principios del XIII se suprimieron todos los que no tuvieran la copa de oro, plata o estaño, quedando también excluido este último metal en la época moderna.
Desde el papa Francisco el cáliz papal es obra del platero argentino Juan Carlos Pallarols.
A LO LARGO DE LA HISTORIA
Los cálices de la primera Edad Media que se conservan en nuestros días, son bastante escasos.
Entre los principales, recordaremos:
el llamado cáliz de Antioquía, atribuido a los siglos V o VI, y el del Museo Vaticano, del siglo V, entrambos todavía de carácter clásico;
Es una copa de plata de color dorado, con ornamentación de estilo bizantino y que se calcula que data aproximadamente del siglo VI.
Su decoración representa una viña de donde se extrae la uva que dará lugar al vino de la eucaristía, y Cristo con los doce apóstoles estableciendo dicho sacramento.
La copa se encuentra en el Metropolitan Museum de Nueva York, en su colección siria.
Es una de las copas que se le ha atribuido la posibilidad de ser el Santo Grial, pero a mediados de la década de 1980 se oyeron voces a cerca de que se tratara de una falsificación.
La copa, aparecida a principios del siglo XX, habría sido encontrada por unos campesinos sirios en la localidad de Hama, dentro de un pozo.
Unos coleccionistas de arte, los hermanos Kouchakji, adquirieron la copa en 1912.
En 1950, los hermanos la venden al Museo Metropolitano de Nueva York, que la expone en su colección de arte sirio.
el de Gourdon (s.VI);
Este caliz pertenece al Tesoro de Gourdon,hallado en 1875,pero datado en el siglo VII Francia. ... Siglo VI d.C
el de Kremsmünster (Austria septentrional), con el nombre del duque Tasilón de Baviera (c.788);
El cáliz de Tassilo. Siglo VIII. Colección del monasterio de Kremsmünster. Cáliz en cobre dorado de la primera época carolingia. En la copa aparece la figura de Cristo.
En el pie, los cuatro evangelistas y debajo los donantes, el conde Tassilo y su esposa que lo ofrecieron al monasterio de Kremsmunster,
fundado en el año 777-
el de Zamón (Italia, Trentino), en plata, del siglo VI, con la inscripción “ de donis Dei Ursus diaconus sancto Petro et sancto Paulo obtulit” (
el de Pavía, en madera, de copa muy ancha (s.VIII):
el de Gozzelino, obispo de Toul (+962), en Nancy;
casi todos éstos carecen de asas y son de auténtico estilo germánico. De piedra dura y alabastro son los cálices de estilo bizantino (s. X y XI) del tesoro de San Marcos, de Venecia.
Por los siglos XI y XII comienza a decaer la comunión de los fieles bajo la especie del vino, por lo cual los cálices de dos asas apenas si se usan, y ya no se fabrican.
Llegó después un tiempo en que los cálices se fundían para rescatar prisioneros hechos por los normandos.
No era novedad en la Iglesia. San Ambrosio hace mención de las críticas de algunos observantes por el mismo motivo: Quod confregimus vasa mystica, ut captivos redimeremus (7).
Con idéntica finalidad, San Cesáreo de Arles (+ 543) vendió los cálices y patenas de su iglesia, limitándose a celebrar en cálices de vidrio; dice justificándose: Non credo contrarium esse Deo de ministerio suo redemptionem dari, qui seipsum pro hominis redemptione tradidit (8).
Ya en el siglo XI, el cáliz participa del renacimiento general del culto. Los sínodos regulan la materia, prohibiendo la madera, el vidrio y el cobre, debido a su fácil oxidación, y el cuerno ( quia de sanguine est ) ; se tolera el estaño, pero sobre todo son recomendados los metales preciosos que se convierten de uso común junto con el cobre dorado. El arte lo hace objeto de una elaboración técnica superior, adquiriendo los mejores motivos estilísticos de su tiempo.
Cáliz barroco burgalés
En Italia prevaleció una forma de cáliz con copa semiesférica muy ancha, poco profunda, con pie circular de gran diámetro, nudo sencillo y decoración no excesivamente rica: ejemplo típico es el cáliz de San Francisco del tesoro de Asís (s. XIII).
En cambio en el norte de Europa el tipo que prevalece es más bajo de altura, rico de ornamentación labrada en el nudo y en el pie, como el cáliz del museo de Cluny.
Después del siglo XIII el estilo gótico dominante modifica sensiblemente las formas tradicionales. La copa se transforma en cónica o con forma de embudo, a veces inserida en una falsa copa. El tallo, antes cilíndrico, se vuelve poligonal a seis u ocho caras decoradas con incisiones.
Las nervaduras del nudo aparecen decoradas con esmaltes o incrustaciones de esmaltes.
Las piedras preciosas resultan ya raras.
Ejemplo de todos ellos esa) el cáliz de Gravedona (Lombardí o el cáliz de Belem (Portugal) con campanillas alrededor de la copa
jueves, 17 de noviembre de 2016
LA SEDE
LA SEDE
Es el lugar donde el que preside la Celebración se coloca junto a los que ayudan en la Eucaristía. Allí se sienta a escuchar la Palabra de Dios.
La sede es el asiento reservado al que preside, en nombre del Señor, la celebración cristiana. Debe significar su oficio de presidente de la asamblea.
La sede del obispo se denomina "cátedra", de ahí que "catedral" designe precisamente la iglesia donde se encuentra la cátedra desde la que preside el obispo.
Según la iglesia, la sede puede estar situada detrás del altar, en el lateral o incluso delante, cerca de la asamblea. En nuestra iglesia está situado detrás, entre el ambón y el altar.
Lo importante es que el que preside pueda establecer un buen contacto con aquellos hacia los que se dirige.
Es importante una buena acústica y sobre todo el contacto visual, pero es preciso que el celebrante pueda volverse hacia el altar signo de Cristo.
Por ello, en definitiva el emplazamiento de su asiento está condicionado por la situación del altar, elemento fundamental de la liturgia.
Es el lugar donde el que preside la Celebración se coloca junto a los que ayudan en la Eucaristía. Allí se sienta a escuchar la Palabra de Dios.
La sede es el asiento reservado al que preside, en nombre del Señor, la celebración cristiana. Debe significar su oficio de presidente de la asamblea.
La sede del obispo se denomina "cátedra", de ahí que "catedral" designe precisamente la iglesia donde se encuentra la cátedra desde la que preside el obispo.
Según la iglesia, la sede puede estar situada detrás del altar, en el lateral o incluso delante, cerca de la asamblea. En nuestra iglesia está situado detrás, entre el ambón y el altar.
Lo importante es que el que preside pueda establecer un buen contacto con aquellos hacia los que se dirige.
Es importante una buena acústica y sobre todo el contacto visual, pero es preciso que el celebrante pueda volverse hacia el altar signo de Cristo.
Por ello, en definitiva el emplazamiento de su asiento está condicionado por la situación del altar, elemento fundamental de la liturgia.
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