CONCLAVE
reunión que celebra el Colegio Cardenalicio de la Iglesia católica para elegir a un nuevo obispo de Roma, cargo que lleva aparejados el de Papa, sumo pontífice y pastor supremo de la Iglesia católica.
La Capilla Sixtina es el lugar donde se celebra el cónclave desde hace mucho tiempo.
Sus frescos son obra de Miguel Ángel y está considerada una de las máximas cumbres del arte mundial.
La palabra Cónclave viene del Latín cum+clavis (con llave), se refiere a un lugar cerrado con llave, por las condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior en que debe desarrollarse la elección, con el fin de evitar intromisiones de cualquier tipo.
La elección de un Papa se conduce tras puertas cerradas, en cónclave. Los cardenales participantes en el cónclave no tienen contacto con el exterior. Esta práctica fue iniciada por el Papa Gregorio X en 1274 para eliminar interferencias externas y apresurar el proceso electoral, ya que su propia elección se había extendido por casi tres años.
Este sistema de encerrar a los electores del papa, vigente al menos desde el II Concilio de Lyon (1274), fue mitigado por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (UDG), sobre la Vacante Apostólica y la elección del nuevo pontífice (22 de febrero de 1996).
Se establece en ella que los electores pueden residir, mientras dura el cónclave, en la recién construida Casa de Santa Marta, una residencia al efecto en el propio Vaticano, pero manteniendo la rigurosa prohibición de cualquier clase de contacto con el mundo exterior.
Breve Historia
A los primeros obispos los designaban los apóstoles o fundadores de sus iglesias. Posteriormente, se fue introduciendo el sistema de elección por los miembros de las comunidades, clérigos y laicos, así como por los obispos de las diócesis próximas.
En Roma, la elección corría principalmente a cargo de los clérigos que, bajo la supervisión de los obispos, escogían un candidato por consenso o por aclamación, presentándolo después ante el pueblo para que éste lo confirmara.
Los frecuentes tumultos que este sistema provocaba fueron causa de que en ocasiones se eligiera a uno o más candidatos rivales, llamados antipapas.
En 1059, el Papa Nicolás II decretó que solo los obispos cardenales sean los electores del Papa.
El Concilio Laterano de 1179 ordenó que se requiera dos terceras partes de los votos de los cardenales para ser elegido Papa. Esta tradición continúa vigente.
Es célebre también el caso de la ciudad de Viterbo donde, tras la muerte del papa Clemente IV (1268)
La elección papal mas larga de la historia tomó casi tres años (1268-1271), hasta que, cansados de esperar, las autoridades locales sellaron las puertas del palacio donde los 18 cardenales se reunían a votar, forzándolos así a finalizar el proceso de elección.
El nuevo Papa, Gregorio X, buscó evitar una repetición del incidente y legisló, en 1274, durante el Segundo Concilio de Lyons, que los electores deben ser encerrados "con llave" hasta que decidan la elección.
En su Constitución "Ubi Periculum" se utiliza por primera vez la palabra "conclave" en relación a la elección de un Papa. Las reglas de esta constitución eran severas, imponiendo hasta una dieta restringida a los cardenales si no elegían un Papa con prontitud. Algunas de estas regulaciones cambiaron pero el concepto del cónclave prevaleció hasta nuestros días.
En el siglo XX varios Papas han hecho cambios menores.
En 1975 el Papa Pablo VI promulgó algunos cambios en su decreto Romano Pontifici Eligendo.
Juan XXIII lo hizo en 1962 y Pablo VI en 1975. La reciente Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II (1996) es la última reordenación en profundidad de la normativa sobre el cónclave.
Lugar del Conclave
El lugar de celebración del cónclave no se estipuló oficialmente hasta el siglo XIV. A partir del Cisma de Occidente los cónclaves siempre han tenido lugar en Roma, salvo el de 1800, cuando la ocupación de la ciudad por tropas del Reino de Nápoles obligó a celebrarlo en Venecia.
El último cónclave celebrado fuera de la Capilla Sixtina fue el de 1846, que tuvo lugar en el Palacio del Quirinal.
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DE MIS AMIGOS MÁS QUE DE MIS MAESTROS
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domingo, 25 de diciembre de 2016
viernes, 9 de diciembre de 2016
DOGMAS SOBRE LA VIRGEN MARÍA
PERPETUA VIRGINIDAD DE MARÍA
La Perpetua Virginidad de María es el segundo dogma mariano de la Iglesia católica y de la Iglesia oriental ortodoxa según el cual María fue virgen antes, durante y después del parto y no tuvo otros hijos.
Afirma la "real y perpetua virginidad incluso en el acto de dar a luz el Hijo de Dios hecho hombre"
El Segundo concilio de Constantinopla (año 553) le otorgó a María el título de "virgen perpetua" (aeiparthenos).
En el año 107, Ignacio de Antioquia ya describía la virginidad de María. Santo Tomás de Aquino también enseñó esta doctrina (Summa theologiae III.28.2) que María dio el nacimiento milagroso sin abertura del útero, y sin perjuicio para el himen.
Esta doctrina ya era un dogma desde el cristianismo primitivo, habiendo sido declarada por notables escritores como San Justino Mártir y Orígenes.
El Papa Pablo IV lo reconfirmó en el Cum quorundam el 7 de agosto de 1555, en el Concilio de Trento.
INMACULADA CONCEPCIÓN
La fiesta de la Inmaculada Concepción de María es celebrada el 8 de diciembre, y fue definida inicialmente en 1476 por el Papa Sixto IV.
La Inmaculada Concepción fue solemnemente definida como un dogma por el Papa Pío IX en su constitución Ineffabilis Deus, el 8 de diciembre de 1854 como una verdad infalible revelada por la orientación del Espíritu Santo.
Conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia Católica que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.
Muchos escritos de los Padres de la Iglesia ya defendían también la Inmaculada Concepción de María pues, una vez que Jesús se volvió encarnado por medio de la Virgen María, era adecuado que ella estuviese completamente libre del pecado para expresar su Hijo
ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
De acuerdo a la tradición apostólica, la Virgen María al final de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este dogma fue proclamado ex cathedra por el Papa Pío XII el 01 de noviembre de 1950 por medio de la Constitución Munificentissimus Deus:
"Después de levantar una oración a Dios muchas y reiteradas oraciones e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios Omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia, para honra de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y la muerte, para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos que sea dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial".
El Papa Pío XII dejó deliberadamente en abierto si María fue llevada al cielo después de su muerte o todavía en vida.
En 1849 llegaron las primeras peticiones a la Santa Sede de parte de los obispos para que la Asunción se declarara como doctrina de fe; estas peticiones aumentaron conforme pasaron los años.
Cuando el papa Pío XII consultó al episcopado en 1946 por medio de la carta Deiparae Virginis Mariae, la afirmación de que fuera declarada dogma fue casi unánime.
El 1 de noviembre de 1950 se publicó la constitución apostólica Munificentissimus Deus en la cual el papa, basado en la tradición de la Iglesia católica, tomando en cuenta los testimonios de la liturgia, la creencia de los fieles guiados por sus pastores, los testimonios de los Padres y Doctores de la Iglesia y con el consenso de los obispos del mundo, declaraba como dogma de fe la Asunción de la Virgen María: La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.
DOGMAS SOBRE LA VIRGEN MARÍA
Los dogmas y doctrinas marianas de la Iglesia católica tienen su fundación en la visión central de que la Virgen María es la Madre de Dios.
La Iglesia católica siempre consideró a María como la figura más importante del cristianismo y de la salvación después de Jesucristo y de la Santísima Trinidad, y ha elaborado diversas enseñanzas y doctrinas en relación a su vida y papel.
La Iglesia católica posee una disciplina teológica específica, la Mariología, para el estudio de la persona, el papel y el significado de la Virgen María y su veneración. Esta disciplina se ha desarrollado a lo largo de siglos, y fue estudiada y codificada por los Concilios, como también por los principales teólogos de las órdenes religiosas y universidades marianas, Escuelas Pontificias, como el Marianum (que está específicamente dedicada a este campo de estudio).
Sin embargo, las revelaciones marianas por individuos no siempre son aceptados por la Iglesia
MATERNIDAD DIVINA
El título le fue concedido solemnemente a María en el Concilio de Éfeso de 431 al ser proclamado el dogma cristológico.
El significado teológico en ese momento fue enfatizar que el hijo de María, Jesús, era completamente Dios, y también completamente humano, tal y como había sido afirmado en el Concilio de Nicea I de 325, y que sus dos naturalezas (humana y divina) estaban unidas y eran inseparables en una sola persona de la Santísima Trinidad.
El concilio de Éfeso proclamó a María la madre de Dios encarnado en Jesucristo.
La definición como Mater Dei (en latín) o Theotokos (en griego), conocida también como el Dogma de la Maternidad Divina, fue el primer dogma mariano de la Iglesia y, a su vez, creído y enseñado antes de ser proclamado dogmáticamente en Éfeso, por diversos Padres de la Iglesia en los tres primeros siglos, como Ignacio (107), Orígenes (254), Atanasio (330) y Juan Crisóstomo (400).
El Tercer Concilio Ecuménico, realizado en Éfeso decretó esta doctrina dogmáticamente en 431.
siendo Papa San Clementino I (422-432) definió:
“Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema.”
La visión contraria en el concilio era que María debía ser llamada «Christotókos»,«Madre de Cristo». Esta posición, abogada por Nestorio, entonces Patriarca de Constantinopla, pretendía restringir el papel de María a ser solo la madre de la «humanidad de Cristo», y no de su naturaleza divina.
Por su parte la versión de Cirilo de Alejandría, en contraposición a la de Nestorio de Constantinopla,
era que no podía ser que solo fuese «Christotókos», ya que de ser así, Jesús habría nacido como cualquier ser humano normal y, llegado determinado tiempo, Dios Hijo lo «poseyera» de manera tal que una persona era divina y la otra mortal.
En el Concilio se determinó que no podía ser de este modo: Jesús desde su concepción tenía las dos naturalezas, la divina y la humana, de tal forma que cuando Él nació, María «La Virgen» fue «Theotókos».
La doctrina de Nestorio, fue reprobada y considerada su doctrina (Nestorianismo) como una herejía.
La Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (Theotokos) se inició en las Iglesias orientales alrededor del año 500.
En el rito romano se celebra el 11 de octubre. Con la reforma de Pablo VI, Juan Pablo II lo trasladó al día de la octava de la Navidad, 1 de enero
Tiempo después, fue proclamado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de Constantinopla.
El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así:
“Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades” (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66)
jueves, 1 de diciembre de 2016
LLEGA LA NAVIDAD II
Queremos que los niños conozcan el episodio evangélico de los Magos
y su asombro al ver la estrella y al contemplar al Niño Jesús, al
que adoran como Dios.
UNA ESTRELLA EN EL CIELO
Jesús nació en un pueblecito llamado Belén.
Muy lejos de ese lugar, tres Magos obsevaban el cielo. De pronto, vieron ua gran estrella que no habían visto antes.
Los Magos qcomprendieron que esa estrella era la señal que esperaban para saber que Jesús había nacido.
Los tres Magos decidieron ir a concer a Jesús y rápidamente emprendieron el viaje, la estrella iba delante de ellos para indicarles el camio.
Cuado llegaron a Belén, la estrella se posó ecima de un establo de animales.
En el establo estaba Jesús, con su madre María y con José.
Los Magos muy conteto adoraron a Jesús y le entregaron los regalos.
Decoramos las capas de los los Magos de Oriente
UNA ESTRELLA EN EL CIELO
Jesús nació en un pueblecito llamado Belén.
Muy lejos de ese lugar, tres Magos obsevaban el cielo. De pronto, vieron ua gran estrella que no habían visto antes.
Los Magos qcomprendieron que esa estrella era la señal que esperaban para saber que Jesús había nacido.
Los tres Magos decidieron ir a concer a Jesús y rápidamente emprendieron el viaje, la estrella iba delante de ellos para indicarles el camio.
Cuado llegaron a Belén, la estrella se posó ecima de un establo de animales.
En el establo estaba Jesús, con su madre María y con José.
Los Magos muy conteto adoraron a Jesús y le entregaron los regalos.
Decoramos las capas de los los Magos de Oriente
LLEGA LA NAVIDAD
Las experiencias que viven los niños adornando la clase, su casa, para celebrar la fi esta de la Navidad constituyen el comienzo del aprendizaje de la unidad.
El relato evangélico del nacimiento de Jesús en Belén, destacando los personajes principales e identifi cándolos, es el origen y el signifi cado cristiano de las fi estas navideñas.
Con los villancicos y el Belén tratamos de despertar en ellos las actitudes de alegría por el nacimiento de Jesús, Hijo de Dios, y de participación en las celebraciones.
CANTAMOS VILLANCICOS
DECORAMOS LA CASA Y LA CLASE
Costumbre y tradición de estas fiestas
Actividad, decorar bolas pegando bolitas de papel de seda
JESÚS NACE EN BELÉN
Que los niños conozcan las circunstancias del nacimiento de Jesús y la alegria de María y José al nacer el Ninño Jesús
ACTIVIDAD, JESÚS NACE EL BELEN
Pinchar el enlace para hacer la actividad
http://www.ecasals.net/uploads/resources/s52/290475/data.swf
domingo, 27 de noviembre de 2016
EMPIEZA EL AÑO LITÚRGICO
EL AÑO LITÚRGICO
El Año Litúrgico, o también conocido como Calendario Litúrgico, es un ciclo basado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.
Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en unión con Él y a crecer en nuestra fe.
En este ciclo también honramos a María, nuestra madre, y a todos los santos.
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales.
Empieza el primer Domingo de Adviento
Las fiestas religiosas de la Iglesia Católica que se celebran a lo largo del año, están recogidas en el calendario litúrgico o ciclo litúrgico.
calendario liturgico
Estas fiestas nos recuerdan los acontecimientos y personajes más importantes de la fe.
Ayudan a los cristianos a encontrarse con Dios y a vivir más unidos a Él y a los demás.
Estas fiestas deben vivirse con fe, en comunidad y participando en la Eucaristía.
El Año Litúrgico, o también conocido como Calendario Litúrgico, es un ciclo basado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.
Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en unión con Él y a crecer en nuestra fe.
En este ciclo también honramos a María, nuestra madre, y a todos los santos.
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales.
Empieza el primer Domingo de Adviento
y termia el día de la Fiesta de Cristo Rey
Estas fiestas nos recuerdan los acontecimientos y personajes más importantes de la fe.
Ayudan a los cristianos a encontrarse con Dios y a vivir más unidos a Él y a los demás.
Estas fiestas deben vivirse con fe, en comunidad y participando en la Eucaristía.
ADVIENTO 2016
Como dice el Evangelio es tiempo de tener ánimo, porque se acerca nuestra liberación. Por eso hay que levantar la cabeza hacia Dios, del que viene todo lo que somos y tenemos. No mirar para abajo, sino para arriba. No dejarnos influir por tantas situaciones de destrucción y de muerte, sino de las de vida y esperanza.Estamos en tiempo de Adviento, en el que se activa nuestra esperanza. Así que aprovechemos estas cuatro semana para acoger a Jesús, que viene y que nos va a liberar y abrazar con su Amor.
PREPARANDO EL CAMINO
PEQUEÑOS GESTOS DE AMOR HACEN EL CAMINO LC 3, 1-6
La figura de Juan Bautista, el Precursor, el que le prepara el camino al Mesías.
¡Qué mejor camino que el que vamos preparando con pequeños gestos de amor! ¡Cuántas oportunidades de allanar caminos tendiendo manos, uniendo corazones, perdonando, entregándose a fondo perdido!
El camino es el amor.
Allanar caminos es allanar corazones, ganar corazones, enlosar el mundo de amor. Juan Bautista quiere que le ayudemos en esta ingente tarea y que lo hagamos con cuidado, con mimo.
El Señor pasa por nuestro camino. Hemos de ofrecerle lo mejor de nosotros mismos que habita en nuestro corazón.
Este domingo se enciende la vela rosa
Estamos alegres, el Señor está cerca.
Los sacerdotes revestido de rosa
Lc 3, 2b-3. 10-18
“¿Qué debemos hacer?”.
Lo que hace el Niño que viene: ser pan para el que está machacado por el hambre y la desnudez. Ser pan, alimento, calor, puentes que acercan y evitan exclusiones.
Domingo de la alegría para estar alegres anunciando la Buena Noticia, que se concreta en palabras de esperanza y en signos que hablan por sí solos de fraternidad y vida compartida.
“¿Qué debemos hacer?”. Mira a tu alrededor. “¿Qué puedes hacer?”. Mira bien: da de comer, colabora con los que están haciendo campañas en estos días por los demás o promueve iniciativas solidarias, da tu capa…
La alegría se manifiesta en la generosidad de la mirada y en aquello que compartimos sintiendo profundamente el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos.
“¿Qué debemos hacer?”. No quejarnos demasiado y ser felices. Hemos recibido la Buena Noticia: el Niño traerá la justicia.
domingo, 20 de noviembre de 2016
ESCUDO PAPAL
Desde la Edad Media, los escudos de armas se hicieron de uso común para los guerreros y para la nobleza; por eso, se fue desarrollando un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil.
Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo personal, así como simbolismos propios de la Sede apostólica.
Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado. ç
De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él.
En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos. A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado.
Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que habían adoptado como obispos.
Como hemos descrito, el escudo contiene en su interior los símbolos relacionados con la persona a la que pertenece, con su ideal, con sus tradiciones, con su programa de vida y con los principios que lo inspiran y guían.
En cambio, los diversos símbolos del grado, de la dignidad y de la jurisdicción de la persona aparecen en torno al escudo.
Pio VI
Desde tiempo inmemorial, es tradición que el Sumo Pontífice lleve en su emblema, alrededor del escudo, las dos llaves "cruzadas" (al estilo de la cruz de san Andrés), una de color oro y otra de color plata.
Varios autores las interpretan como los símbolos de los poderes espiritual y temporal. Aparecen detrás del escudo, o por encima de él, con cierto relieve.
El evangelio de san Mateo narra que Cristo dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19).
Así pues, las llaves son el símbolo típico del poder dado por Cristo a san Pedro y a sus sucesores; y por eso con razón aparecen en todos los escudos papales.
En la heráldica civil siempre hay por encima del escudo una prenda para cubrir la cabeza, por lo general una corona.
También en la heráldica eclesiástica aparece normalmente una prenda para cubrir la cabeza, evidentemente de tipo eclesiástico.
Pio X
En el caso del Sumo Pontífice, ya desde los tiempos antiguos, aparece una "tiara". Al inicio era un tipo de "birrete" cerrado.
En 1130 fue acompañado por una corona, símbolo de la soberanía sobre los Estados de la Iglesia.
Bonifacio VIII, en el año 1301, en tiempos del enfrentamiento con el rey de Francia Felipe el Hermoso, añadió una segunda corona para significar su autoridad espiritual por encima de la civil.
Y Benedicto XII, en el año 1342, añadió una tercera corona, para simbolizar la autoridad moral del Papa sobre todos los monarcas civiles y reafirmar la posesión de Aviñón.
Con el tiempo, al perder sus significados de carácter temporal, la tiara de plata con las tres coronas de oro se usó para representar los tres poderes del Sumo Pontífice: orden sagrado, jurisdicción y magisterio.
En los últimos siglos, los Papas usaron la tiara en los pontificales solemnes, y especialmente en el día de la "coronación", al inicio de su pontificado.
Pablo VI
Pablo VI utilizó para esa función una preciosa tiara que le regaló la diócesis de Milán (esa misma diócesis le había regalado una a Pío XI), pero luego la destinó a obras de beneficencia e inició la costumbre de usar una simple "mitra", aunque a veces enriquecida con decoraciones o piedras preciosas.
Sin embargo, dejó la "tiara" juntamente con las llaves cruzadas como símbolo de la Sede apostólica.
Con razón, la ceremonia con la que el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha iniciado solemnemente su pontificado, el domingo 24 de abril 2005 , no se ha llamó "coronación", como se decía en el pasado, pues la plena jurisdicción del Papa comienza en el momento de su aceptación de la elección hecha por los cardenales en el Cónclave y no con una coronación, como sucede con los monarcas civiles.
Benedicto XVI
Por eso, esa ceremonia se llama simplemente solemne inicio de su ministerio petrino.
El Santo Padre Benedicto XVI decidió no poner ya la tiara en su emblema personal oficial, sino sólo una simple mitra, que por tanto ya no tiene encima una pequeña esfera y una cruz, como sucedía con la tiara.
http://misatradicionalciudadreal.blogspot.com.es/2011/05/tiaras-papales-existentes-hoy-dia-con.html
En la heráldica en general, tanto civil como eclesiástica,especialmente en los grados inferiores, es costumbre poner bajo el escudo una banda o un pergamino que lleva un lema, o divisa.
Con una palabra, o con pocas, expresa un ideal o un programa de vida.
El cardenal Joseph Ratzinger tenía en su escudo arzobispal y cardenalicio el lema: "Cooperatores Veritatis". Esa sigue siendo su aspiración y programa personal, pero ya no aparece en el escudo papal, según la común tradición de los escudos de los Sumos Pontífices en los últimos siglos.
Todos recordamos cómo Juan Pablo II citaba a menudo su lema: "Totus tuus", aunque no figurara en su escudo papal. La falta de un lema en el escudo del Papa no significa falta de programa, sino una apertura sin exclusión a todos los ideales que derivan de la fe, de la esperanza y de la caridad.
Escudos de los últimos papas
Pio XII
Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli. conocido como Pío XII reinó como el Papa no. 260, cabeza visible de la Iglesia católica, y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 2 de marzo de 1939 y hasta su muerte en 1958. El papa Benedicto XVI lo declaró Venerable el 19 de diciembre de 2009.
Juan XXIII
Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el papa número 261 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
Pablo VI
Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (Concesio, cerca de Brescia, Lombardía; 26 de septiembre de 1897-Castel Gandolfo; 6 de agosto de 1978), fue el papa 262 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte el 6 de agosto de 1978
.
Juan Pablo I
Albino Luciani (Canale d'Agordo, 17 de octubre de 1912-Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978) fue el papa número 263.º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida 33 días después.
Su pontificado fue uno de los más breves de la historia, dando lugar al más reciente año de los tres papas. Fue el primer papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo es el último pontífice italiano hasta la fecha, y el último de una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523
Juan Pablo II
Karol Józef Wojtyła5 (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.6 Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Franciso
Benedicto XVI
Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano.nota 2 Resultó elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave
Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina; 17 de diciembre de 1936), es el 266.º y actual papa de la Iglesia católica.7 Como tal, es el jefe de Estado y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano. Tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, fue elegido el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.
Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo personal, así como simbolismos propios de la Sede apostólica.
Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado. ç
De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él.
En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos. A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado.
Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que habían adoptado como obispos.
Como hemos descrito, el escudo contiene en su interior los símbolos relacionados con la persona a la que pertenece, con su ideal, con sus tradiciones, con su programa de vida y con los principios que lo inspiran y guían.
En cambio, los diversos símbolos del grado, de la dignidad y de la jurisdicción de la persona aparecen en torno al escudo.
Pio VI
Desde tiempo inmemorial, es tradición que el Sumo Pontífice lleve en su emblema, alrededor del escudo, las dos llaves "cruzadas" (al estilo de la cruz de san Andrés), una de color oro y otra de color plata.
Varios autores las interpretan como los símbolos de los poderes espiritual y temporal. Aparecen detrás del escudo, o por encima de él, con cierto relieve.
El evangelio de san Mateo narra que Cristo dijo a Pedro: "A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19).
Así pues, las llaves son el símbolo típico del poder dado por Cristo a san Pedro y a sus sucesores; y por eso con razón aparecen en todos los escudos papales.
En la heráldica civil siempre hay por encima del escudo una prenda para cubrir la cabeza, por lo general una corona.
También en la heráldica eclesiástica aparece normalmente una prenda para cubrir la cabeza, evidentemente de tipo eclesiástico.
Pio X
En el caso del Sumo Pontífice, ya desde los tiempos antiguos, aparece una "tiara". Al inicio era un tipo de "birrete" cerrado.
En 1130 fue acompañado por una corona, símbolo de la soberanía sobre los Estados de la Iglesia.
Bonifacio VIII, en el año 1301, en tiempos del enfrentamiento con el rey de Francia Felipe el Hermoso, añadió una segunda corona para significar su autoridad espiritual por encima de la civil.
Y Benedicto XII, en el año 1342, añadió una tercera corona, para simbolizar la autoridad moral del Papa sobre todos los monarcas civiles y reafirmar la posesión de Aviñón.
Con el tiempo, al perder sus significados de carácter temporal, la tiara de plata con las tres coronas de oro se usó para representar los tres poderes del Sumo Pontífice: orden sagrado, jurisdicción y magisterio.
En los últimos siglos, los Papas usaron la tiara en los pontificales solemnes, y especialmente en el día de la "coronación", al inicio de su pontificado.
Pablo VI
Pablo VI utilizó para esa función una preciosa tiara que le regaló la diócesis de Milán (esa misma diócesis le había regalado una a Pío XI), pero luego la destinó a obras de beneficencia e inició la costumbre de usar una simple "mitra", aunque a veces enriquecida con decoraciones o piedras preciosas.
Sin embargo, dejó la "tiara" juntamente con las llaves cruzadas como símbolo de la Sede apostólica.
Con razón, la ceremonia con la que el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha iniciado solemnemente su pontificado, el domingo 24 de abril 2005 , no se ha llamó "coronación", como se decía en el pasado, pues la plena jurisdicción del Papa comienza en el momento de su aceptación de la elección hecha por los cardenales en el Cónclave y no con una coronación, como sucede con los monarcas civiles.
Benedicto XVI
Por eso, esa ceremonia se llama simplemente solemne inicio de su ministerio petrino.
El Santo Padre Benedicto XVI decidió no poner ya la tiara en su emblema personal oficial, sino sólo una simple mitra, que por tanto ya no tiene encima una pequeña esfera y una cruz, como sucedía con la tiara.
http://misatradicionalciudadreal.blogspot.com.es/2011/05/tiaras-papales-existentes-hoy-dia-con.html
En la heráldica en general, tanto civil como eclesiástica,especialmente en los grados inferiores, es costumbre poner bajo el escudo una banda o un pergamino que lleva un lema, o divisa.
Con una palabra, o con pocas, expresa un ideal o un programa de vida.
El cardenal Joseph Ratzinger tenía en su escudo arzobispal y cardenalicio el lema: "Cooperatores Veritatis". Esa sigue siendo su aspiración y programa personal, pero ya no aparece en el escudo papal, según la común tradición de los escudos de los Sumos Pontífices en los últimos siglos.
Todos recordamos cómo Juan Pablo II citaba a menudo su lema: "Totus tuus", aunque no figurara en su escudo papal. La falta de un lema en el escudo del Papa no significa falta de programa, sino una apertura sin exclusión a todos los ideales que derivan de la fe, de la esperanza y de la caridad.
Escudos de los últimos papas
Pio XII
Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli. conocido como Pío XII reinó como el Papa no. 260, cabeza visible de la Iglesia católica, y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 2 de marzo de 1939 y hasta su muerte en 1958. El papa Benedicto XVI lo declaró Venerable el 19 de diciembre de 2009.
Juan XXIII
Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881-Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el papa número 261 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1958 y 1963.
Pablo VI
Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (Concesio, cerca de Brescia, Lombardía; 26 de septiembre de 1897-Castel Gandolfo; 6 de agosto de 1978), fue el papa 262 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte el 6 de agosto de 1978
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Juan Pablo I
Albino Luciani (Canale d'Agordo, 17 de octubre de 1912-Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978) fue el papa número 263.º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida 33 días después.
Su pontificado fue uno de los más breves de la historia, dando lugar al más reciente año de los tres papas. Fue el primer papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo es el último pontífice italiano hasta la fecha, y el último de una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523
Juan Pablo II
Karol Józef Wojtyła5 (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.6 Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Franciso
Benedicto XVI
Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano.nota 2 Resultó elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave
Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina; 17 de diciembre de 1936), es el 266.º y actual papa de la Iglesia católica.7 Como tal, es el jefe de Estado y el octavo soberano de la Ciudad del Vaticano. Tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, fue elegido el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.
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