Une la plaza de la Puerta de Moros y la plaza de San Francisco. Homenaje del ayuntamiento madrileño al ‘pobrecito de Asís’ (“il poverello d'Assisi”),1 en su trazado se conservan edificios como el palacio del Duque del Infantado.
Las primeras casas de las que hay constancia que estuvieran en la Carrera de San Francisco se remontan a 1622. En la última casa de los números impares vivió la beata Clara, un curioso personaje perteneciente a la corte de Carlos IV, que fue acusada de bruja y desterrada de la capital.
PLAZA DE SAN FRANCISCO
La plaza de San Francisco, donde desemboca la carrera de San Francisco, fue conocida antiguamente como Campillo de San Francisco.
En esta plaza confluyen la calle de Buenaventura, Bailén, la travesía de las Vistillas, la Carrera de San Francisco y la Gran Vía de San Francisco. Aparece en el plano de Texeira de 1656, aunque con ootro nombre. En el plano de Espinosa, sin embargo, ya lo observamos con la denominación de Campillo de San Francisco.
La tradición cuenta que durante el camino de peregrinación a Santiago de Compostela, San Francisco de Asís paró en Madrid y pernoctó en este lugar, dando origen al templo. Un sencillo convento franciscano se levantó tiempo después, ampliándose y reconstruyéndose la antigua ermita a fines del siglo XVI, recibiendo el nombre de ermita de Jesús y María
En la centuria siguiente se consideró construir un templo más grande en honor de San Francisco, trabajos en los que intervinieron varios arquitectos como fray Francisco Cabezas o Antonio Pló, realizando finalmente los diseños Sabatini.
Hoy en la plaza también se puede encontrar la Capilla del Cristo de los Dolores,
de la Venerable Orden Tercera de San Francisco,
y el Colegio Arzobispal de Madrid.
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