La iglesia de Santa María la Real, en Sangüesa, es una de las joyas artísticas más conocidas de Navarra. Su portada está considera como una de las obras cumbre del románico en España, como lo demuestra que fuera declarada Monumento Nacional en el año 1889.
La Portada de Santa María es sencillamente espectacular.
Para la realización de la misma, finales del siglo XII, intervinieron dos maestros reconocidos: el de San Juan de la Peña que trabajó la parte superior y Leodegarius, al que se le atribuye la inferior. El arte románico, al ser eminentemente religioso, exhibe en esta portada una catequesis doctrinal.
En la galería alta, aparece Cristo rodeado de los símbolos de los evangelistas, acompañado por dos ángeles y los doce Apóstoles.
La parte inferior está dedicada al Juicio Final, con Cristo juzgando a los hombres en el tímpano ante la presencia de los Apóstoles y la Virgen como intercesora, San Miguel pesando las almas, salvados y condenados y máscaras del infierno.
Toda la sociedad medieval (guerreros, clérigos, peregrinos, músicos, artesanos, sus vicios y virtudes) se sitúan en las arquivoltas que enmarcan el tímpano.
A ambos lados de las arquivoltas, en las enjutas aparecen animales monstruosos, escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, y la famosa leyenda nórdica de Sigurd y el herrero Regín, con el dragón Fafner.
En la zona inferior y en el lado izquierdo: María Magdalena, María Madre de Cristo (señalando en el libro el nombre del escultor Leodegarius) y María, madre de Santiago.
A la derecha: Judas ahorcado, San Pablo y San Pedro.
Cuando la portada fue remodelada, a este programa inicial se añadieron distintos temas (algunos todavía no identificados correctamente) y figuras aisladas en la zona de las enjutas, que no deben seguir un programa iconográfico concreto sino que responden a la reutilización de esculturas destinadas a otras zonas de la iglesia
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