LA NATURALEZA ME HABLA DE DIOS

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NÚM 1           LA NATURALRZA  ME HABLA DE DIOS

HACE MUCHOS AÑOS......., POR AMOR  DIOS NOS HACE UN GRAN REGALO

HACE MILES DE AÑOS, LA TIERRA ERA TODO OSCURIDAD. Y DIOS HIZO LA LUZ

Gracias Padre por todo aquello que con convierte la tristeza en alegría.

LA TIERRA SE ILUMINÓ Y TOMO VIDA  LLENÁNDOSE DE COLOR

ADMIRANDO LA NATURALEZA RECORDAMOS EL REGALO Y HABLAMOS CON DIOS



Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!





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Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado,










 qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?


Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad,  le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies:





 Y JESÚS NOS DICE





 
 Mirar las flores, los lirios del campo.



 ¡Con qué elegancia y belleza Dios los viste!




Ellos florecen y crecen y nunca hilan ni tejen.




“Si Dios los veste así,



 ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?







Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?



 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?,



¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.




 Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

Mirad las aves del cielo:










 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.




Jesús manda mirar a los pajaritos. No siembran, no almacenan, y sin embargo tienen siempre algo que comer, porque el Padre celestial los alimenta:





“¿No valéis vosotros más que ellos?”






DIOS SE PREOCUPA DE NOSOTROS.

 VALEMOS MÁS QUE LAS FLORES Y LAS AVES DEL CIELO