EN FAMILIA
Lc 2,41-52
En la fiesta de la Sagrada Familia, aquella familia pobre y humilde de Nazaret, pero que palpitaba a Dios en cada instante, queremos tener muy presentes a todas las familias.
Mirar la estampa de Nazaret, a María con Jesús, en ese columpio de oraciones y risas, con una iglesia pobre que es cobijo, comunidad, familia, nos anima a seguir tejiendo unas redes cada vez más fraternas y afectuosas entre todos los seguidores de ese Niño débil y pequeño.
Cuidemos de las familias, de nuestras familias, para hacer cada día más vivo un mundo con corazón donde transmitamos la fe y el amor hecho caricias, detalles, cuidados y perdón.
La familia es la gran escuela del corazón y de la vida.
Vayamos, vayamos a Nazaret. Aprendamos de Jesús, María y José.
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