SAN APOLLINAR IN CLASSE RÁVENA
Es una basílica italiana situada en Classe, puerto histórico de Rávena, de cuyo centro dista hoy unos 5 kilómetros, siendo una frazione del municipio.
Se construyó durante la primera mitad del siglo VI, y fue financiada por Giuliano Argentario para el obispo Ursicino.
Fue consagrada en 547 por el primer arzobispo Maximiano y se dedicó a San Apolinar, primer obispo de Rávena.
La iglesia tiene la consideración de basílica menor desde el 7 de octubre de 1960.
En 1996 la iglesia, con otros edificios paleocristianos, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con el nombre de «Monumentos paleocristianos de Rávena
ABSIDE
En la parte superior de la zona del ábside, extendiéndose horizontalmente por toda la anchura del arco se representa a Cristo dentro de un medallón circular.
A sus lados, en medio de un mar de nubes estilizadas se hallan los símbolos alados de los evangelistas:
El Águila (San Juan), el Hombre (San Mateo), el León (San Marcos)
y el Ternero o Toro (San Lucas).
La zona superior presenta en los extremos las representaciones de las dos ciudades que tienen las murallas adornadas con piedras preciosas: son Jerusalén y Belén, de las que surgen los doce apóstoles con forma de corderos.
En los lados del arco hay dos palmeras, que en la literatura bíblica simbolizan al justo. Bajo éstas están las figuras de los arcángeles Miguel y Gabriel, con el busto de San Mateo y de otro santo difícilmente identificable.
Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:
En los espacios situados entre las ventanas están representados cuatro obispos, fundadores de las principales basílicas de Rávena: Ursicino, Orso, Severo y Ecclesio, con hábito sacerdotal y llevando un libro en la mano.
A los lados del ábside hay dos paneles del siglo VII: el de la izquierda, muy reconstruido, reproduce al emperador de Bizancio, Constantino IV, concediendo privilegios a la Iglesia de Rávena a Reparato, enviado por el arzobispo Mauro.
En el panel de la derecha aparecen representados Abraham, Abel y Melquisedec en torno a un altar en el que ofrecen sacrificios al Señor.
IGLESIA DE SAN VITAL RÁVENA S VI
Fue consagrada en 547 por el primer arzobispo Maximiano y se dedicó a San Apolinar, primer obispo de Rávena.
La iglesia tiene la consideración de basílica menor desde el 7 de octubre de 1960.
En 1996 la iglesia, con otros edificios paleocristianos, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con el nombre de «Monumentos paleocristianos de Rávena
ABSIDE
En la parte superior de la zona del ábside, extendiéndose horizontalmente por toda la anchura del arco se representa a Cristo dentro de un medallón circular.
A sus lados, en medio de un mar de nubes estilizadas se hallan los símbolos alados de los evangelistas:
El Águila (San Juan), el Hombre (San Mateo), el León (San Marcos)
y el Ternero o Toro (San Lucas).
La zona superior presenta en los extremos las representaciones de las dos ciudades que tienen las murallas adornadas con piedras preciosas: son Jerusalén y Belén, de las que surgen los doce apóstoles con forma de corderos.
En los lados del arco hay dos palmeras, que en la literatura bíblica simbolizan al justo. Bajo éstas están las figuras de los arcángeles Miguel y Gabriel, con el busto de San Mateo y de otro santo difícilmente identificable.
Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:
Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:
En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo.
Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. A los lados del disco están las figuras de Elías y Moisés. Los tres corderos situados un poco más abajo, justo donde empieza la zona verde, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor.
En la zona más baja se extiende un verde valle florido, en el que hay rocas, arbustos, plantas y aves. En el centro se erige solemne la figura de San Apolinar, primer obispo de Rávena, con los brazos abiertos en actitud orante: de hecho está representado en el momento de elevar su plegaria a Dios para que conceda la gracia a los fieles que están a su cargo, representados por doce ovejas blancas.En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo.
Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. A los lados del disco están las figuras de Elías y Moisés. Los tres corderos situados un poco más abajo, justo donde empieza la zona verde, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor.
En los espacios situados entre las ventanas están representados cuatro obispos, fundadores de las principales basílicas de Rávena: Ursicino, Orso, Severo y Ecclesio, con hábito sacerdotal y llevando un libro en la mano.
A los lados del ábside hay dos paneles del siglo VII: el de la izquierda, muy reconstruido, reproduce al emperador de Bizancio, Constantino IV, concediendo privilegios a la Iglesia de Rávena a Reparato, enviado por el arzobispo Mauro.
En el panel de la derecha aparecen representados Abraham, Abel y Melquisedec en torno a un altar en el que ofrecen sacrificios al Señor.
IGLESIA DE SAN VITAL RÁVENA S VI
El programa iconográfico de los mosaicos ubicados en la Iglesia de San Vital se refiere al sacrificio de la eucaristía, ya que representa la concordancia en todo tiempo y espacio de la liturgia de la eucaristía,
CUPULA
Agnus Dei o Cordero Místico con cuatro ángeles, ubicado en la bóveda central del presbiterio: La bóveda está dividida en cuatro, por nervaduras formadas por hojas de laurel.
En el centro se encuentran cuatro ángeles parados sobre orbes, los cuales sostienen una guirnalda central que enmarca al Agnus Dei.
El Agnus Dei es una representación alegórica del sacrificio de Cristo. La orientación de los cuatro ángeles podría referir a los cuatro puntos cardinales.
ABSIDE
Cristo entronado, San Vitale y el Obispo Ecclesius, ubicado en la bóveda del ábside: Aquí se muestran cinco figuras antropomorfas, al centro se encuentra Cristo entronizado y sobre una esfera celeste que simboliza el universo, aparece imberbe, con cabello corto, un nimbo cruciforme y vestido con una túnica púrpura.
En su mano derecha sostiene la corona del sacrificio y en la izquierda un pergamino con los siete sellos. A su derecha está el arcángel Gabriel con San Vitale quien está vestido con traje de corte y dispuesto a recibir la corona del martirio que Cristo le ofrece.
A la izquierda está el arcángel Miguel con el Obispo Eclessio, quien ofrece a Cristo una maqueta del templo. En la parte superior, se ven unas nubes alargadas y, debajo de la esfera celeste, se ve la tierra con flores de la que brotan los cuatro ríos del paraíso.
En lo alto de la escena se ven nubecillas alargadas y debajo del orbe vemos la tierra con flores, sobre la que se apoyan los arcángeles, el santo y el obispo y de la que brotan los cuatro ríos del Paraíso. Arriba, en las enjutas, se hallan las ciudades de Jerusalén y Belén.
Arco que precede a la bóveda del ábside:
dos arcángeles sosteniendo el orbe.
Quince medallones
En el intradós del arco triunfal se desgrana un rosario de medallones,
con Cristo en la clave, seguido de los doce apóstoles y los santos Gervasio y Protasio, hijos de San Vital de Milán.
PRESBITERIO
El tema es eucariptico en su connjunto
Tímpano derecho
Abel y Melquisedec hacen sacrificios. Abel sale de una choza cubierta de paja y ofrece al cielo un pequeño cordero. El altar de Melquisedec tiene sobre la mesa la copa sacramental y los dos panes-hostias, está delante de una iglesia que tiene forma de basílica.
La mano de Dios sale de entre las nubes a recibir las ofrendas. En las enjutas, Moisés se desata la sandalia ante la zarza ardiente y cuida de los rebaños de su suegro Jetró. En el otro lado hay una representación de Isaías. En el centro se repiten los ángeles con la cruz y el medallón.
Tímpano izquierdo
Abraham recibe a los tres ángeles bajo el roble, en Mambré, y se dispone a sacrificar a Isaac. En el sacrificio, el carnero vuelve la cabeza hacia Abraham, y la mano de Dios aparece entre las nubes mientras Isaac espera sobre el altar.
En las enjutas hay, en la izquierda una representación de Jeremías y en la derecha se ve a Moisés recibiendo las Tablas de la Ley, mientras al pie del monte Sinaí le esperan las doce tribus de Israel. En la parte superior del tímpano hay dos ángeles que portan un medallón con una cruz adornada con joyas.
muy similares a otros mosaicos que encontramos en la basílica paleocristiana de Santa María la Mayor (Roma)
A ambos lados de las paredes aparecen representados los emperadores Justiniano y Teodora con sus respectivos séquitos.
En las paredes entre las aberturas de la galería y la entrada y en los extremos absidales del presbiterio aparecen los cuatro evangelistas con sus animales simbólicos, sentados en las rocas de un paisaje árido, con pequeñas plantas, junto a una fuentecilla del desierto, que comparten con animales para beber.
LOS MOSAICOS DEL EMPERADOR
Destacan las representaciones que decoran el presbiterio de “San Vital de Rávena” que muestran al “Emperador Justiniano y su corte” y a “La emperatriz Teodora y su séquito”, los dos personajes centran la imagen y son de mayor tamaño que el resto, el manto púrpura denota su poder.
Los mosaicos representan la presunta ceremonia de consagración de la iglesia de San Vital (que nunca tuvo lugar tal como está representada, pues los emperadores ya eran ancianos cuando se terminó el templo y no viajaron a la ciudad italiana, de hecho Teodora murió ese año). Todos los personajes importantes están perfectamente individualizados y son reconocibles por sus retratos.
En el lado izquierdo: el emperador Justiniano lleva como ofrenda una gran patena de oro; va precedido por dos altos dignatarios eclesiásticos, uno de ellos lleva el incensario y el otro el misal, y por el arzobispo Maximiano, que lleva una cruz, todas estas ofrendas aparecen ricamente decoradas con gemas, cabujones y esmaltes.
Tras el arzobispo, en segundo plano, el banquero Juliano, que financió la construcción de la iglesia.
Detrás del emperador hay dos altos funcionarios del estado con toga, el primero sería el general Belisario, conquistador de Rávena. Cierra el cortejo la guardia personal del emperador con el crismón en sus escudos.
En el lado derecho: la emperatriz Teodora lleva un cáliz de oro, va precedida por dos dignatarios de la corte y seguida por Antonia, esposa del general Belisario y su hija Juana. Cierran el cortejo las doncellas de la emperatriz.
Fotos de internet
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