Cuando en el año 587 a.c. el reu Nabucodonosor conquisto el reio de Juda destruyó el Templo
Cuando Ciro, rey de Persia, concedió la libertad a los israelitas, los dejo volver a su tierra y les concedió ayuda para reconstruir el Templo
SEGUDO TEMPLO DE JERUSALÉN
Luego del retorno del cautiverio y con el liderazgo de Zorobabel se hicieron los arreglos necesarios para reorganizar el desolado Reino de Judá y reconstruir su Templo, desaparecido para ese entonces hacía ya siete décadas.
El grupo recién llegado constaba de 42.360 personas judías, incluyendo niños, junto a sus 7.337 sirvientes y 200 músicos (Esdras 2:65). Había completado el largo y lúgubre retorno a casa desde las riberas del Éufrates hasta Jerusalén.
Dicha gente estaba animada por un fuerte impulso religioso y una de sus primeras preocupaciones fue restaurar su antigua casa de adoración, reconstruyendo el Templo y restituyendo sus rituales.
Junto con la invitación de Zorobabel, el gobernador mostró un noble gesto al contribuir con 1.000 dáricos de oro y otros tantos regalos.
La gente aportó además su parte al tesoro sagrado y lo hizo con gran entusiasmo (Esdras 2). Primero se levantó y dedicó el altar de Dios en el punto exacto donde se encontraba su predecesor.
Luego se limpiaron los escombros carbonizados que se hallaban en lo que había sido el sitio de Primer Templo.
Finalmente, en el segundo mes del segundo año (535 a. C.), y ante la emoción y el júbilo del público allí congregado (Libro de los Salmos 116-118), se pusieron los cimientos del Segundo Templo. Este acto tuvo importancia para el pueblo hebreo, dando además lugar a no pocos recuerdos (Zacarías 4:10).
TEMPLO DE HERODES
Alrededor del 19 a. C., el rey Herodes el Grande comenzó una masiva renovación y expansión del Templo.
Éste fue prácticamente demolido y se construyó uno nuevo en su lugar. La nueva estructura es referida algunas veces como el Templo de Herodes, pero generalmente se lo siguió llamando Segundo Templo.
Los rituales de sacrificios fueron retomados en él. La superficie ocupada por el nuevo edificio ocupaba una explanada de 500 metros de largo por 300 metros de ancho.
Características del Segundo Templo
Tenía más atrios:
-atrio de los sacerdotes
-atrio de las mujeres, único del templo que podía pisar las mujeres judias.
-atrio de los gentiles, lugar ai que podían llegar los que no eran judi
En el Segundo Templo no estaban el Arca de la Alianza, ni su contenido que comprendía las Tablas de la Ley y la medida de maná, los Urim y el Thumim, la serpiente de bronce (destruida por Ezequías ya en el Primer Templo) y la vara de Aarón.
Estos objetos sagrados desaparecieron después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.
Al igual que en el Tabernáculo, Santo de los Santos estaba separado por cortinas, había una sola Menorá en eSanto, además de una mesa para los panes de la proposición y un altar de los inciensos; se conservaban también vasijas de oro que pertenecieron al Templo de Salomón y, aunque habían sido llevada a Babilonia, las mismas fueron luego devueltas al Templo de Jerusalén por Ciro.
El Segundo Templo se diferenciaba de su predecesor porque presentaba árboles en su patio y poseía además un área reservada para los gentiles.
Aunque se realizaban plegarias y sacrificios a diario, el templo rebosaba de gente especialmente los días de fiestas.
Las gente cantaba salmos al entrar en el templo
DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO
Ya después de Cristo, en el año 70, la sublevación de los judíos motivó el ataque de las legiones romanas, que terminó con la destrucción de la ciudad de Jerusalén y del templo, quedando en pie sólo este famoso muro, conocido como: muro de las lamentaciones.
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