MURO DE LAS LAMENTACIONES
El lugar más sagrado del judaísmo, vestigio del Templo de Jerusalén.
Su nombre en hebreo significa simplemente "muro occidental". Data de finales del período del Segundo Templo y hasta hace poco se creía que fue construido cerca del 19 a. C. por Herodes el Grande.
Es uno de los cuatro muros de contención alrededor del Monte Moriá, erigidos para ampliar la explanada sobre la cual fueron edificados el Primer y el Segundo Templo de Jerusalén, formando lo que hoy se conoce como la Explanada de las Mezquitas por la tradición musulmana o Explanada del Templo por la tradición judeocristiana.
El nombre Muro Occidental se refiere no solamente a la pequeña sección de 60 metros de longitud expuesta en el Barrio Judío, sino a toda la pared de 488 metros, en su mayoría tapada por los edificios del Barrio Musulmán.
De acuerdo con la historia, cuando las legiones del emperador Vespasiano destruyeron el templo, sólo una parte del muro exterior quedó en pie.
El entonces general Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma había vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de las Lamentaciones).
Los judíos, sin embargo, lo atribuyeron a una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado templo como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío.
Los judíos han orado frente a este muro durante los últimos dos mil años, creyendo que este es el lugar accesible más sagrado de la Tierra, ya que no pueden acceder al interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos.
En todo caso, las oraciones hebraicas frente al muro no se limitan a los lamentos.
Se lee el libro de los Salmos y
se realizan ceremonias de Bar Mitzva. Alabanzas y peticiones (orales y escritas) son comunes y continuas.
Frente a él se lamenta comúnmente la destrucción de la ciudad y la dispersión del pueblo hebreo, siendo el viernes un día de especial intensidad.
La tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro tiene varios siglos de antigüedad.
Millones de peregrinos colocan cada año oraciones escritas en las grietas del muro occidental, también conocido como el Muro de los Lamentos o de las Lamentaciones, en Jerusalén.las Lamentaciones, en Jerusalén.
Dos veces al año se quitan los papelitos de entre las rocas y, según explica el rabino Samuel Rabinovich, nadie los lee “porque son notas entre el hombre y su creador”.
Los obreros que hacen esta labor sacan las notas escritas sin leerlas, las ponen en bolsas, y luego las entierran en el cementerio del Monte de los Olivos.
De acuerdo a la práctica religiosa judía, está prohibido destruir cualquier objeto con el nombre de Dios escrito. Es por ello que esos papeles con oraciones son tratados casi con el mismo respeto que los rollos de la Torá o los libros religiosos.
Entre los rezos de los judíos se incluyen las fervientes súplicas a Dios para que vuelva a la tierra de Israel, el retorno de todos los exiliados judíos, la reconstrucción del templo (el tercero) y la llegada de la era mesiánica con la venida del mesías judío.
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